Nacido en el estado de Nuevo México, Estados Unidos, en 1971, Anwar al-Awlaki fue uno de los terroristas más buscados por el gobierno del presidente Barack Obama.
El clérigo radical saltó a la notoriedad cuando se convirtió en el portavoz de la red al-Qaeda en la Península Arábiga y era buscado tanto por Estados Unidos como por Yemen por su supuesta participación en varios ataques terroristas..
De padres yemeníes, al-Awlaki se desempeñó como clérigo de varias mezquitas en Estados Unidos y se sospecha que incitó a cometer actos de violencia contra los intereses estadounidenses.
Considerado como un carismático orador que dominaba el árabe y el inglés, al-Awlaki fue uno de los mayores propagandistas y reclutadores de la red terrorista.
En su historial se destacan varias actividades como un miembro destacado de al-Qaeda desde la muerte en mayo de Osama bin Laden.
Se cree que en noviembre de 2010, al-Awlaki dijo a sus seguidores que no era necesario consultar con nadie para asesinar a estadounidenses ya que para los musulmanes era cuestión de “ellos o nosotros”. Ese mismo año, las autoridades en Yemen lo acusaron de “incitar a la violencia contra los extranjeros” tras asesinar a un trabajador francés en una planta de petróleo.
En 2009 se presume que colaboró con Umar Farouk Abdulmutallab, un ciudadano nigeriano arrestado por intentar hacer explotar un avión que iba a aterrizar en Detroit el día de Navidad. Además, asesoró a Nidal Malik Hassan, un psiquiatra del ejército estadounidense que asesinó a 13 personas en una base militar estadounidense en Texas.
Sus mensaje llegaron a ser tan populares como los del difunto líder Osama bin Laden en los que defendía los atentados cometidos por al-Qaeda contra los estadounidenses.
A pesar de su origen estadounidense, en abril el gobierno de Obama autorizó abatir a al-Awlaki. La decisión fue controversial ya que apuntaba por primera vez a un ciudadano estadounidense.
Los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos dijeron que el clérigo era una amenaza directa para el país y que había pasado de incitar actos violentos a participar en ellos.