El conflicto en Ucrania ha llevado a Estados Unidos a asumir una posición de “pragmatismo” que podría conducir a un acercamiento con Venezuela y a un levantamiento de las sanciones que “limitan” la economía del país debido a la falta de financiamiento internacional, aseguran expertos, quienes no obstante matizan que es un escenario del que aún muchos sectores dudan.
El pasado fin de semana, altos representantes de la Casa Blanca, encabezados por Juan González, asesor del presidente Joe Biden, sostuvieron en Caracas conversaciones con el presidente Nicolás Maduro y también con Juan Guaidó, considerado presidente interino por decenas de países.
La reunión fue confirmada este mismo lunes por la Casa Blanca, tras asegurar que se abordaron “una variedad de temas”, entre ellos, "la seguridad energética" frente a la crisis en Ucrania.
"El propósito del viaje de funcionarios de la Administración era discutir una variedad de temas, incluida la seguridad energética, pero también para abordar el estado y la salud de los estadounidenses detenidos. Nunca vamos a desaprovechar una oportunidad para hacer justo eso. Son caminos separados, son conversaciones separadas", dijo el lunes en rueda de prensa Jen Psaki, secretaria de prensa de la Casa Blanca.
De acuerdo con fuentes cercanas a las negociaciones, más allá de la posible liberación de dos estadounidenses detenidos en Venezuela, como muestra de “buena voluntad”, no se alcanzaron acuerdos debido a que Maduro habría exigido el levantamiento de las sanciones, incluyendo las que pesan sobre él y otros funcionarios, así como el reconocimiento de su presidencia hasta 2024.
Aunque el hermetismo dificulta aclarar el panorama, expertos concuerdan en que EE. UU. estaría buscando “una suerte de acuerdo” que permita mantener al país sudamericano “fuera” de la influencia geopolítica de Rusia, pero no “un acercamiento político” con Venezuela.
Para el economista y calificador de riesgo bancario Leonardo Buniak, el interés estadounidense no es de carácter geoeconómico sino netamente geopolítico y explica que en términos de producción petrolera, el aporte de Venezuela es “muy marginal”, de unos 200.000 barriles diarios de petróleo.
En enero de 2021, Venezuela produjo 688.000 barriles de crudo, según las fuentes secundarias de la OPEP, pero buena parte de este monto se va en pago de deudas a naciones como China.
“Lo que vendría en el contexto de levantamiento de sanciones es que se produzcan inversiones extranjeras directas en Venezuela, autorizadas por la OFAC para algunos sectores clave como energía, petróleo, gas. Todo el sector de ingeniería vinculado al área petrolera se reactivaría de inmediato y veríamos mayor inversión por parte de las empresas mixtas”, expone el experto en finanzas internacionales a VOA.
Sin embargo, Buniak subraya que, ante la magnitud de las inversiones que se requieren, a corto plazo no se vería una respuesta “importante” en términos de producción petrolera, pero sí a mediano plazo.
"Va a tomar tiempo"
El abogado especializado en relaciones internacionales Mariano de Alba coincide en que la reunión en Caracas fue impulsada por el voraz aumento en los precios del petróleo, que a comienzos de la semana alcanzaron los $130 dólares por barril.
Pero, ¿qué tan fácil será que EE. UU. y el Gobierno de Maduro lleguen a un acuerdo? “muy complejo” y “nada sencillo”, se preguntan y responden los especialistas.
"Las concesiones que Estados Unidos pudiera dar van a tomar tiempo en implementarlas, y va a tomar tiempo que todos los actores relacionados —como la banca y las compañías de transporte— decidan que ya se puede volver a relaciones normales con Venezuela. Para que todo eso se cristalice, hará falta que veamos mucha prudencia por parte de Maduro como por parte del gobierno de Estados Unidos", sostiene de Alba, quien también es asesor sénior del Crisis Group.
Además, aclara que uno de los obstáculos que podría enfrentar una eventual vuelta de hoja entre Caracas y Washington "es que va a haber muchas fuerzas que van a tratar de descarrilar ese proceso, una de esas fuerzas es Rusia, posiblemente China".
Para de Alba, "Rusia va a tratar de pasar factura. Decirle al gobierno de Maduro: No olvides que en momentos de crisis, nosotros estuvimos ahí para ti, ahora tú deberías hacer lo mismo".
Pero a Maduro le conviene restablecer sus lazos con la Casa Blanca para reactivar la economía del país, pues hasta hace menos de una década EE. UU. era su mayor comprador de petróleo, la principal fuente de ingresos de Venezuela, recuerda de Alba.
"Maduro está tomando la temperatura. Quiere ver qué tan cierta es la disposición de Estados Unidos a levantar sanciones. A pesar de sus relaciones diplomáticas y de cooperación militar con Rusia, Maduro sabe que, luego del contexto actual con Rusia, la posibilidad de que otros países puedan tenderle la mano a su gobierno para ampliar sus relaciones comerciales se está achicando", afirmó a VOA.
Buniak apunta, además, que Venezuela podría convertirse en una “pieza de intercambio” en medio de la crisis con Ucrania y recuerda que la oferta petrolera venezolana por muchos años fue parte de la “tradición” de Estados Unidos.
“Yo sí creo que puede haber un acercamiento y que puede producirse en algún momento una especie de acuerdo, yo creo que el gobierno venezolano lo está buscando desesperadamente”, sostiene Buniak.
Pero todo esto, según de Alba, debe pasar por una vuelta a las negociaciones entre gobierno y oposición que se sostenían en México hasta finales de 2021 y que se suspendieron por disposición del oficialismo.
"Maduro va a tratar de explorar hasta dónde puede avanzar con Estados Unidos, qué dividendos económicos puede obtener de eso, haciendo las mínimas concesiones posibles, pero sin lanzar al trasto la relación con Vladimir Putin", acota de Alba.
¿Retomarán el diálogo?
¿El terreno está servido para volver a México? Mariano de Alba es cauteloso en responder esta interrogante, pero recuerda que EE. UU. ha pedido antes que cualquier acuerdo con Maduro sea refrendado por esa mesa de diálogo.
Por su parte, una fuente opositora que ha participado en las negociaciones y que prefirió mantener su nombre en reserva, dijo ser "optimista" en cuanto a reanudar esas conversaciones, pues "los americanos están muy interesados".
Andrei Serbin, analista internacional y director de CRIES, una red de centros de investigaciones económicas y sociales en América Latina, agrega que es importante revisar cuál será la reacción de Rusia y si implicaría una ruptura de los vínculos que ha mantenido con Venezuela.
“Hay que ver si la estrategia de EE.UU. no termina siendo un poco más leve en el sentido de que se trate no de una búsqueda de ruptura sino de una búsqueda de apertura por parte de Venezuela, que puedan ir ingresando con la idea de que es mucho más fácil tener una opinión cuando eres un stakeholder que cuando eres un observador, un outsider, como viene siendo desde que salió del mercado energético venezolano”, manifestó Serbin.
¿Está actuando EE. UU. a tiempo pata proteger sus intereses geopolíticos en la región? El analista considera que el interés es generar las condiciones necesarias para enfrentarse a un futuro en el que continuará la confrontación con Rusia y otros actores.
“Necesitan volver a algunas de las formulas que saben que le funcionan y durante la Guerra Fría, la idea de un socio cercano geográficamente le era de mucha utilidad”, afirmó.
Estados Unidos no reconoce a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela y considera que el proceso electoral en el que obtuvo la reelección no fue “justo ni creíble”.
Las relaciones se rompieron definitivamente en 2019, cuando Estados reconoció a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestro canal de YouTube y activa las notificaciones; o bien, síguenos en redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram