La decisión de Estados Unidos de nombrar a un encargado de negocios en su embajada en Managua "por un largo tiempo", y no a un embajador, que es el diplomático del más alto nivel que representa a un Estado ante otro, es un mensaje "político" del presidente Joe Biden a Daniel Ortega, aseguran expertos consultados por la Voz de América.
Kevin O'Reilly fue designado por Biden como el encargado de negocios que estará al frente de la embajada, sustituyendo a Kevin Sullivan, quien llevaba cuatro años en Nicaragua, y su llegada se da después de que Ortega retiró el beneplácito que se había otorgado al diplomático Hugo Rodríguez en julio de 2022 tras acusarlo de "injerencista".
El exasesor de la OEA Guillermo Belt menciona que un encargado de negocios tiene las atribuciones necesarias para representar a su gobierno ante el país receptor, sin otra diferencia con un embajador que el rango diplomático.
Y agrega que se acostumbra a nombrar a un encargado de negocios para dirigir la misión diplomática, en este caso la embajada de EEUU en Nicaragua, mientras se llevan a cabo los trámites para el nombramiento de un nuevo embajador en reemplazo del saliente.
"La decisión de nombrar un encargado de negocios podría interpretarse como una manera de asegurar que la embajada de EEUU en Managua esté en manos de un funcionario del servicio exterior con una larga y muy interesante trayectoria", indicó Belt.
Y explicó que "podría pensarse que el gobierno estadounidense no quiere arriesgarse en estos momentos a proponer un nuevo embajador, lo que implicaría solicitar el beneplácito correspondiente sin correr el riesgo de otro rechazo por un régimen que actúa de manera imprevisible y a veces inexplicable".
De hecho, un portavoz del Departamento de Estado dijo a la VOA que la diplomacia sigue siendo esencial para "abordar la variedad de desafíos que enfrenta Nicaragua", de quien dijo que era "una de las principales prioridades en la región".
¿Un mensaje político?
Hay algunas particularidades en el servicio exterior con respecto a estos movimientos. La exministra de Relaciones Exteriores de Chile Antonia Urrejola expresó en declaraciones a la VOA que cuando ella estaba al frente como representante de asuntos exteriores de su país, tenían un embajador en Managua, pero luego se tomó “una decisión política” de dejar únicamente a un encargado de negocios “como una manera de protesta frente al régimen” por las violaciones a los derechos humanos que se les achacan.
La decisión de Chile se tomó a inicios de enero de este año y Ortega respondió días después retirando a su embajador en Santiago como una aparente medida de reciprocidad.
“Nosotros lo hicimos como una señal política el no tener un embajador desde el gobierno del presidente Boric. Es una señal política para bajar con Ortega el nivel de las relaciones diplomáticas”, recalcó Urrejola.
La excanciller dijo que más allá de los discursos públicos que puedan hacer Ortega y Murillo respecto a Estados Unidos, ve difícil que terminen de cortar definitivamente con Washington, por su cercanía y porque “tiene demasiado poder en la zona”.
En el caso de Chile, Urrejola señala que aunque tomaron la decisión de retirar a un embajador, dejaron a un encargado de negocios. "Necesitamos gente en la embajada capacitada que además pueda informarnos de lo que sucede”.
[La periodista de la VOA Salomé Ramírez contribuyó con este reporte desde Washington]
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