A pesar de la crisis económica en Rusia, los índices de aprobación del presidente Vladimir Putin están casi por las nubes.
Las sanciones occidentales contra Moscú no han logrado frenar lo que Occidente ve como una injerencia rusa en Ucrania y analistas dicen que el exespía está decidido a restaurar a Rusia a lo que ve como su legítimo lugar en el mundo, por cualquier medio disponible.
Marchando solemnemente para colocar una ofrenda floral en la tumba del soldado desconocido cerca del Kremlin, Putin marcó el “Día de los defensores de la Patria” el lunes, una fiesta nacional en honor a las victorias militares y veteranos de guerra rusos.
Pero fue una derrota estratégica, la caída del imperio soviético en 1991, la que define la visión de Putin, según Edward Lucas, autor del libro “La nueva guerra fría”.
"Él siente que Rusia fue engañada en la década de 1990 y que la Unión Soviética fue humillada y derrocada por Occidente, y es el momento de recuperar lo que se había perdido, tanto en términos de estatus como en términos de territorio", dijo Lucas.
“Una dictadura de Putin”
Líderes occidentales dicen que la visión se está implementando en Ucrania y acusan a Putin de enviar tropas a la frontera, lo que el Kremlin niega.
Occidente ha decretado sanciones contra varios oligarcas cercanos a Putin, las que han tenido poco efecto, según Ben Judah, autor de la biografía de Putin “Imperio Frágil”.
"Lo que muestra es que no hay más oligarcas. Hay una dictadura de Putin, y hay personas que son completamente dependientes de él por su riqueza o su papel en la política rusa", dijo.
Putin siente que es la única persona que puede dirigir y revivir la nación rusa, según Judah.
"Si tiene que hacerlo a través de la guerra, lo va a hacer que a través de la guerra; si él tiene que hacerlo a través de un crecimiento económico, lo va a hacer a través del crecimiento económico. Si la única manera de hacerlo es a través del nacionalismo y la confrontación con Occidente, lo va a hacer", agregó Judá.
'Despiadado y paranoico'
Vladimir Putin era un oficial de inteligencia de la Unión Soviética, la KGB, llegando al rango de teniente coronel. Eso ha dejado una marca indeleble, según Lucas.
"Él conserva la visión del mundo despiadado y paranoico, que es el sello distintivo de la KGB. También ha llegado a amar ser el centro de atención, y ha salido de las sombras para ser una figura internacional y disfruta de todo lo que viene con eso", agregó Lucas.
A pesar de tal prominencia, Putin admitió en una entrevista en noviembre con la agencia de noticias estatal que tiene pocos amigos.
"Usted sabe, yo no me siento solo, por extraño que pueda parecer," dijo a periodistas. "Encuentros amistosos, contacto, no tengo mucho, incluso con las personas a quienes considero mis amigos", dijo Putin.
"Profundamente aislado”
Tal franqueza es rara. Putin ha tratado de proyectar una imagen de masculinidad.
Fue fotografiado sin camisa montado en un caballo, explorando un naufragio en un mini-submarino y volando un avión ultraligero junto a una bandada de grullas.
Pero esas imágenes esconden inseguridades, según Judah.
"Putin es un hombre muy infeliz, muy solitario, muy aislado, aterrorizado por la decadencia física, y un hombre que siente una enorme autocompasión, que tiene que soportar esta cruz de Rusia, que tiene que hacer frente a estas fuerzas", señaló.
Los analistas dicen que tales complejidades son cruciales para entender al hombre detrás de los tiempos modernos del Kremlin: un presidente y exespía decidido a restaurar el poder de Rusia y el orgullo a casi cualquier costo.