El presidente ruso, Vladimir Putin, “probablemente aprobó” un plan para asesinar al exagente de la KGB, Alexander Litvinenko, de acuerdo a la conclusión de un juez británico.
La muerte del agente ocurrió hace casi diez años, luego que tomó una taza de té que el juez Robert Owen dijo estaba envenenada con un raro isótopo radiactivo de polonio-210. Desde su lecho de muerte, Litvinenko acusó a Putin de ordenar su asesinato.
En el largamente esperado reporte, el juez Owen dijo que Dmitry Kovtun y Andrei Lugovoi, dos ex agentes de la KGB rusa, llevaron a cabo el asesinato y probablemente lo hicieron bajo la dirección de la FSB, el servicio de seguridad ruso.
Los dos hombres confirmaron haberse reunido con Litvinenko en Londres, en varias ocasiones, incluyendo el momento en que se sospecha ocurrió el envenenamiento, pero negaron estar involucrados en su muerte. Rusia se ha rehusado a extraditarlos.
Luego de la divulgación del reporte el jueves, la agencia de noticias rusa Interfax citó a Lugovoi diciendo que la investigación británica no tenía sentido y que tenía motivación política.
Litvinenko se había convertido en un detractor de Putin antes de huir de Rusia en 2000 y eventualmente establecerse en Londres.
Su viuda, Marina Litvinenko, reclamó la imposición de "fuertes represalias económicas"', la expulsión de los diplomáticos rusos de Londres y la prohibición de viajar al Reino Unido de los implicados, incluido el presidente Putin.
La ministra británica del Interior, Theresa May, dijo que su gobierno convocará al embajador ruso en Londres para expresarle su desencanto por la falta de cooperación rusa en la investigación.