El puente sobre el Lago de Maracaibo, inaugurado hace 61 años en Venezuela y que se cuenta entre los más extensos de América Latina, podría tener “daños estructurales” debido a dos incendios recientes, según un panel de expertos, mientras el chavismo afirma que la imponente obra de ingeniería está mejor que nunca.
La Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat de Venezuela publicó en febrero una declaración donde alerta sobre “los posibles daños existentes en la estructura” del Puente General Rafael Urdaneta, de 8,6 kilómetros de extensión, y advierte cómo ello podría “poner en peligro la seguridad de las personas y vehículos” que lo transitan a diario.
Esa coyuntura también podría “afectar gravemente las comunicaciones terrestres y las relaciones comerciales” de Maracaibo, capital del estado venezolano de Zulia, una de las regiones más importantes y pobladas de Venezuela, que comparte frontera con Colombia.
La preocupación de los expertos en ingeniería, precisa la Academia, se origina por dos incendios ocurridos en agosto de 2018 y febrero de 2019 por fallas de interconexiones eléctricas que las autoridades venezolanas intentaban instalar a lo largo del puente.
Ambos siniestros “se produjeron en el interior de las vigas-mesa de los tramos atirantados de las pilas 23 y 25” del puente, detallan en su texto.
“Esta preocupación se acrecienta porque han pasado más de 4 años sin que se realice una evaluación detallada de las afectaciones, de manera de poder determinar la capacidad de respuesta real actual de la estructura, con la finalidad de rehabilitar los sectores perturbados”, remarcan los miembros de la Academia en su publicación.
La corporación, de carácter público y creada en 1998, precisa que ya había comunicado advertencias similares sobre el puente en agosto de 2018, julio de 2019 y abril de 2021.
Tres problemas
Las conclusiones de los problemas de rehabilitación y mantenimiento del Puente General Rafael Urdaneta que advierte la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat se ventilaron en foros y coloquios donde han participado especialistas de otras instituciones académicas y gremiales, como el Centro de Estudios de Corrosión de la Universidad del Zulia, el Colegio de Ingenieros de Venezuela y la Cámara Venezolana de la Construcción.
La Academia también apunta que las labores de mantenimiento del Puente sobre el Lago de Maracaibo “no han sido adecuadamente atendidas” por las autoridades, por lo cual recomienda “una revisión y evaluación integral” de la estructura.
Los especialistas centran sus preocupaciones en asuntos clave, como los “problemas de corrosión de los cabales de los tirantes” en distintos tramos del puente y el mantenimiento y “rehabilitación general por daños de corrosión” en sus elementos estructurales.
Además, señalan el “deterioro” de algunos de los apoyos móviles compuestos por rodillos metálicos, que son “huecos rellenos con concreto de alta resistencia”, así como de varias vigas isostáticas, y “la presencia de fallas en el concreto armado que los soporta”.
“Resiste más ahora que cuando se construyó”
El oficialismo venezolano parece lejos de reconocer las condiciones del puente Rafael Urdaneta. Sin embargo, en meses recientes, los cierres temporales de sus vías para labores de “mantenimiento”, pruebas y revisión de diferentes tramos son frecuentes.
Los trabajos de verificación y reparaciones en esa obra icónica del estado occidental del Zulia están a cargo de la Empresa para la Infraestructura Ferroviaria Latinoamericana (Ferrolasa), adscrita al Ministerio de Transporte del gobierno de Nicolás Maduro.
Esa rehabilitación es “integral” y “ha venido aumentado a través de los años”, explica a la Voz de América el diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela, Juan García, pocos días luego de reunirse con el ingeniero y presidente de Ferrolasa, Luis Noriega.
Las “pruebas de liberación” con camiones “muy pesados” han sido positivas, asegura. “Siempre resistía 300 toneladas por metro cuadrado. Ahora, resiste 425 toneladas. El puente resiste más ahora que cuando se construyó”, asegura el parlamentario zuliano.
La empresa Ferrolasa también revisó los posibles efectos en la obra por los incendios, como teme la Academia Nacional de Ingeniería, pero descartó cualquier consecuencia.
“Revisaron y no hay ninguna afectación estructural”, indica García, a la vez que desmiente la existencia de depósitos de aceite en el puente Rafael Urdaneta, como se señaló entonces.
Las “guayas” o cables de acero de la estructura “se calibraron” y se descartó en ellas algún efecto relevante por corrosión, “de solo 1 milímetro por año”, o los siniestros, precisa.
La Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat advierte que los cables que componen los tirantes del puente sobre el Lago de Maracaibo “fueron sustituidos hace más de 30 años” y que cuatro tirantes de reemplazo “ya fueron utilizados” tiempo atrás.
Ferrolasa también propuso al gobierno nacional un proyecto turístico para construir miradores con pisos de cristal en los puntos más elevados de las pilas 21 y 23 del puente. Esa planificación incluye un ascensor para llegar a cada sección de avistamiento.
Según García, un panel de profesores universitarios presentó al gobierno nacional un proyecto de intervención del puente sobre el Lago que costaría 48 millones de dólares.
“El gobierno lo vio y eso es impagable. Lo vienen haciendo con mucha menor inversión, de cerca de seis millones de dólares”, precisó el legislador oficialista.
García asevera que las sanciones económicas de Estados Unidos contra el gobierno de Maduro han afectado las labores de mantenimiento y la compra de repuestos, pues esos trabajos se realizan con base en “tecnologías extranjeras”.
“No nos venden ni un tornillo. No hay manera de acceder a ellos por las sanciones”, dijo en referencia a la carencia general de repuestos.
Consejo de precaución
El oficialismo venezolano comenzó a construir en los tiempos del expresidente Hugo Chávez un puente alterno de 11 kilómetros que ayudaría a aliviar las cargas del Rafael Urdaneta, por donde transitaban hasta 70.000 vehículos por día a principios de siglo.
Esa obra, bautizada Cacique Nigale, no se concluyó. El gobierno pagó “más de 470 millones de dólares” a la empresa brasilera Odebrecht para su realización, pero sigue paralizada, con apenas un 17 % del proyecto avanzado, aunque se preveía su culminación en 2014, concluyó la organización no gubernamental Transparencia Venezuela hace cinco años.
El mayor percance ocurrido en el puente sobre el Lago ocurrió el 6 de abril de 1964, cuando el buque tanquero Esso Maracaibo chocó contra las pilas 31 y 32 de la obra tras sufrir un cortocircuito, provocando el derrumbe de un tramo de 216 metros, la caída al vacío de siete vehículos y la muerte de ocho personas.
Su reparación tomó ocho meses y las pérdidas económicas por el accidente fueron “gigantescas”, escribió el historiador Jesús Semprún en el Diccionario de Historia del Zulia.
El puente Rafael Urdaneta también se mencionó en titulares de la prensa extranjera a mediados de agosto de 2018, cuando ocurrió el desplome en Italia de una obra muy parecida, de 1,2 kilómetros, ambas diseñadas por el ingeniero, Riccardo Monardi.
Expertos del Colegio de Ingenieros, la Cámara de la Construcción y la Universidad del Zulia en Venezuela descartaron entonces el riesgo de colapso de la infraestructura zuliana.
Los especialistas destacaron más las diferencias que las semejanzas entre ambos puentes, como que los tensores del venezolano son de acero, no de cemento, como eran los del italiano, y que el primero tiene más longitud y bases que su obra gemela de Génova.
Cinco años después, la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat pide al gobierno venezolano que le comparta los estudios y detalles de los trabajos técnicos que realiza en el puente sobre el Lago de Maracaibo.
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