Los manifestantes del movimiento de los chalecos amarillos volvieron a las calles de Francia este sábado, en esta oportunidad un poco calmado, marchando frente a las sedes de las principales emisoras francesas, o manteniendo varias carreteras bloqueadas en París y en otras ciudades del país.
Cientos de manifestantes, recorrieron una ruta por París que los llevó frente a las oficinas centrales de las cadenas de televisión BFM y de la televisora estatal France Televisions. Algunos manifestantes lanzaron piedras y otros objetos durante algunos disturbios dispersos con los policías antidisturbios.
Otras personas se congregaron en la avenida de los Campos Elíseos, y otro grupo, de menor tamaño, se reunió cerca de la Torre Eiffel, donde policías arrestaron a varias personas.
Tanto los números de la policía como de los manifestantes en las calles parecieron ser mucho menores que los vistos en los fines de semana anteriores, pero aún había estimaciones oficiales sobre el tamaño de la manifestación.
Las principales tiendas, incluidas algunas que estaban cerradas por seguridad durante los últimos fines de semana, abrieron sus puertas a turistas y compradores.
También se organizaron mítines pacíficos en varias ciudades, desde Marsella en el Mediterráneo hasta Albertville en los Alpes y Rouen en Normandía. Los manifestantes continuaron bloqueando rotondas en varios sitios, trancando el tráfico y dejando pasar a unos pocos conductores a la vez.
En el caso de la sureña Marsella, unos 900 "chalecos amarillos" marcharon por la ciudad, mientras que otros 900 se manifestaron en Burdeos por la tarde, dijo la policía local.
Se esperan nuevas protestas en la avenida de Campos Elíseos en Nochevieja, cuando París organiza el tradicional espectáculo de luces, pero la policía de París ya tiene planeado montar una seguridad adicional para el evento.
Las protestas se extenderían hasta enero a pesar de los esfuerzos del gobierno del presidente Emmanuel Macron por calmarlas. Macron cedió a varias demandas a favor de una reducción de impuestos y asistencia económica, después de que los disturbios casi llegaron a su palacio presidencial a principios de este mes.