Al poner un pie dentro del mercado un torbellino de olores invade el ambiente. Hay fragancias frutales, dulces y cítricas. También aromas más fuertes debido al pescado y los aliños. Los ojos se deleitan ante un espectáculo de colores que abarca toda la gama cromática: los tomates y los pimientos son de un tono rojo chillón, la piña y los limones impactan por su amarillo estridente, y productos como las manzanas y la lechuga destacan por su verde intenso.
Hablamos del famoso Mercado de San José, conocido popularmente como La Boquería. Situado en el paseo de Las Ramblas, en pleno corazón de Barcelona, se dice que el mercado se conoce como La Boquería porque en el pasado los que lo visitaban se quedaban con la boca abierta de la sorpresa que les generaba el sitio.
Es uno de lugares más emblemáticos de la ciudad condal. De acuerdo, al gobierno de Cataluña, recibe a diario más visitas que puntos turísticos como la Sagrada Familia. Aunque el edificio actual de La Boquería se construyó en 1836, hay documentos que registran que en el siglo XIII los agricultores y comerciantes instalaron en el lugar un mercadillo para vender sus productos, entre los cuales destacaban la carne, las frutas y las hortalizas cosechadas por los payeses, como se les conoce a los campesinos catalanes.
A lo largo de los años y con la llegada de la globalización, la gastronomía que ofrece el mercado ha ido evolucionando. Si bien productos autóctonos como el jamón ibérico, el aceite de oliva, la botifarra o el turrón son algunos de los más demandados entre los turistas y los locales que visitan el mercado, cada vez se venden más artículos internacionales, entre los que destacan los productos latinoamericanos.
Según los datos más recientes publicados por el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), a principios de 2021 se registraron 15.294 colombianos en la ciudad de Barcelona. Los hondureños fueron la segunda población latinoamericana más numerosa con 14.356 personas identificadas. El organismo, además, indica que había 13.112 personas provenientes de Venezuela. Sin embargo, se calcula que la población originaria de esos países residente en la ciudad catalana es mayor, ya que muchos de ellos no cuentan con una situación migratoria regularizada y no aparecen en los registros poblacionales.
“Uno viene aquí a comprar y a saborear lo de casa”
“Tenemos una apertura gastronómica al mundo importante”, dice a la Voz de América Luis Alberto Mosquera sobre los latinoamericanos.
Originario de Bogotá, Mosquera trabaja como doctor en Barcelona y explica que el mercado de La Boquería es uno de sus lugares favoritos: “Uno viene aquí a comprar y a saborear lo de casa”.
“Los nachos son el producto estrella”
Tacos, arepas, tequeños y empanadas son algunas de las comidas que vende Jari en la parada bautizada como “Puerto Latino”.
La empleada, de origen peruano, explicó a la VOA que el puesto abrió hace 10 años. Con el tiempo -dice- se ha notado un incremento de la demanda de productos típicos de la gastronomía latinoamericana.
“Es interesante que se conozca más la comida latina”, dice la vendedora, al tiempo que señala que entre los turistas latinoamericanos destacan los mexicanos.
“Los nachos son el producto estrella”, añade Jari.
"Es padrísimo que podamos acercar culturas de diferentes partes del mundo"
Roberto Pérez es originario de la Ciudad de México. Explica a la VOA que está visitando Barcelona durante unos días, y que no quería dejar escapar la oportunidad de conocer La Boquería.
“Está muy bonito, muy completo y colorido”, dice el joven, orgulloso por la cantidad de gastronomía latinoamericana que existe en el lugar. “Es padrísimo que podamos acercar culturas de diferentes partes del mundo”, comenta.
Sin embargo, argumenta, que esos productos deben servir “de inspiración” para que la gente conozca la comida en sus lugares de origen. “Que la gente que lo venda motive a la gente para que vaya a conocer, por ejemplo México, que es precioso”.
“Buscando nuevos gustos y nuevos paladares”:
“El estómago es el peor enemigo que tenemos” dice Eduard Soley, propietario de uno de los puestos más antiguos de La Boquería: “Soley”, una tienda familiar que lleva en activo desde el 1864.
El comerciante explica que lleva 70 años en el lugar: “Mi madre me tenía debajo del puesto. Como todas las mujeres cuando parían, a los 10 días ya traían el niño (al mercado)”.
Soley ha visto cómo el mercado crecía y se internacionalizaba a lo largo de los años. En el pasado, su negocio sólo ofrecía frutas y verduras frescas, pero con el paso del tiempo se especializó en las frutas y hortalizas de procedencia internacional.
Los plátanos, los patacones, la yuca y el maíz son algunos de los productos de origen latinoamericano más demandados entre sus clientes. También ofrece harina para cocinar arepas, salsas como el tabasco para sazonar y una gran variedad de chiles.
“El mestizaje hace que la gente entre en nuevas comidas” explica el comerciante, quien señala que siempre están “buscando nuevos gustos y nuevos paladares”, por lo que actualizan su género constantemente.
"Llama más la atención a los turistas"
Otra tienda familiar que ha evolucionado a través de los años es “Morilla Fruites”, un puesto especializado en fruta y verdura. Además de vender fruta tradicional de Cataluña como las manzanas, las mandarinas o las peras, el establecimiento también tiene a la venta papayas importadas de Brasil, granadilla, pitaya y maracuyá de Colombia, y mango de Perú, entre otros productos y de varios orígenes.
Alejandra Morillas, dependienta e hija de los propietarios, explica que este tipo de fruta tropical la compran sobre todo, los turistas. “Hay fruta que es muy llamativa y al ser exótica o tropical llama más la atención a los turistas porque nunca la han probado”.
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