La capital japonesa recuerda este jueves el 88 aniversario del destructivo terremoto del 1 de septiembre de 1923, que mató a aproximadamente 130.000 personas y dejó desamparados a la mayoría de los supervivientes en Tokio y Yokohama.
Japón recibió un recordatorio de su precaria posición sobre fallas sísmicas en marzo, cuando un terremoto de magnitud 9 generó un masivo tsunami que dejó 20.000 muertos o desaparecidos.
Ahora, científicos japoneses han advertido que el terremoto de este año puede haber aumentado las posibilidades de un enorme nuevo sismo en Tokio.
Este jueves 1 de septiembre, el gobierno japonés llevó a cabo una respuesta simulada a un terremoto de magnitud 7,3 en Tokio. Es un ejercicio anual en el aniversario del terremoto de 1923, que tuvo una magnitud de 8,2 en la escala de Richter y destruyó la mayor parte de Tokio y Yokohama.
El profesor Naoshi Hirata, director del Instituto de Investigación de Terremotos de la Universidad de Tokio, dice que hasta el enorme terremoto de este año, el consenso oficial del gobierno japonés era que el área de Tokio tenía un 70% de posibilidad de ser afectado por un terremoto de magnitud 7 dentro de 30 años.
“Mi opinión es que la probabilidad ha aumentado”, dijo Hirata.
“Pero es muy difícil decir cuánto aumentó el porcentaje porque hay muchos factores, muchas razones que controlan la actividad sísmica. No puedo decir el número exacto. Pero, en general, la probabilidad ha aumentado después del terremoto de Tohoku”.
La evaluación va a ser completada en marzo del año próximo. Los nuevos datos podrían llevar al gobierno japonés a emitir nuevas evaluaciones con mayor probabilidad de que ocurra un terremoto de mayor magnitud en un período de tiempo más próximo o una combinación de ambas variables.