La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, pidió unidad este martes a las fuerzas políticas para celebrar el aniversario de la liberación del país de los nazis y sus aliados fascistas el 25 de abril de 1945.
Meloni, cuyo partido de ultraderecha Hermanos de Italia surgió de los restos del fascismo italiano tras la Segunda Guerra Mundial, rechazó de plano las acusaciones de que haya nostalgia del fascismo dentro del partido.
En una carta abierta publicada en el diario italiano Il Corriere della Sera, Meloni escribió que esperaba que las celebraciones fueran una ocasión de “concordia nacional renovada” que reforzara la posición de Italia en el mundo como “bastión esencial de la democracia”.
Varios aliados y colaboradores de la primera ministra, de 46 años, han sido acusados en varias ocasiones de minimizar las atrocidades cometidas por nazis y fascistas, o distorsionar hechos históricos sobre el movimiento partisano que luchó por liberar al país.
Seis meses después de asumir el cargo, muchos vieron como un punto de inflexión la presencia de Meloni este martes en el acto oficial en el Altar de la Patria en Roma junto al presidente Sergio Mattarella.
La propia primera ministra empleó en su misiva el término “trascendental” para recordar el 25 de abril de 1945, que definió como un momento crucial en la historia italiana porque allanó la victoria de “valores democráticos que el fascismo había aplastado y que encontramos consagrados en la constitución de la República Italiana”.
Meloni ha intentado calmar varias veces las preocupaciones sobre las raíces neofascistas del partido e insiste en que la derecha italiana dejó atrás el fascismo y condenó sin ambages la supresión de la democracia y las leyes antisemitas.
Sin embargo, algunos críticos han señalado que ella nunca ha declarado de forma clara la postura “antifascista” de su partido desde que asumió el poder, al mando del gobierno más conservador del país desde la guerra.
“Desde hace muchos años, como reconocería cualquier observador honesto, los partidos que representan a la derecha en el parlamento italiano han declarado su incompatibilidad con cualquier nostalgia por el fascismo”, dijo la carta de Meloni.
Desde que se convirtió en primera ministra en octubre, Meloni también ha tendido la mano en varias ocasiones a los miembros de la comunidad judía en Roma.
Pero uno de los líderes de Hermanos de Italia, el presidente del Senado Ignazio La Russa, que mostraba con orgullo objetos de recuerdo de Mussolini en su casa, reavivó hace poco la controversia en torno a las raíces del partido y dijo que la Constitución italiana nunca había incluido abiertamente la palabra “antifascismo”.
Meloni se unió de adolescente a la rama juvenil del partido neofascista italiano, el Movimiento Social Italiano, o MSI, que formó parte del primer gobierno italiano de posguerra en 1946. Después lideró el movimiento juvenil del partido heredero del MSI, la Alianza Nacional.
Hermanos de Italia sucedió a Alianza Nacional y conserva la llama tricolor del MSI original como su logotipo.
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