Un exjuez que cree en “la ley de Dios” y que enfrentó al aparato republicano a nivel nacional ganó el martes las primarias de ese partido en Alabama por un puesto en el Senado federal.
Roy Moore ganó por casi 10 puntos al senador Luther Strange, quien había sido nombrado interinamente para llenar el puesto dejado por el secretario de Justicia, Jeff Sessions, y que contó con el apoyo del presidente, Donald Trump, y de generosos aliados del senador Mitch McConnell.
Moore se enfrentará ahora al demócrata Doug Jones el 12 de diciembre en unas elecciones especiales para definir el sustituto permanente de Sessions.
Para los conservadores opuestos al liderazgo republicano actual, la victoria de Moore fue —literalmente— obra de Dios y una reivindicación para el exjefe estratega de Trump, Steve Bannon, que le apoyó bajo la promesa de “secar el pantano” en Washington.
En la fiesta de victoria en Montgomery, Alabama, Bannon fue el encargado de presentar al ganador. “¿Quién es el soberano, el pueblo o el dinero?”, preguntó a la multitud. “El pueblo de Alabama acaba de responder: ¡Es la gente!”, agregó en referencia los millones de dólares que invirtió el partido en la campaña para apoyar a Strange.
Bannon declaró que la victoria de Moore era un triunfo para Trump, a pesar del apoyo del presidente a Strange.
Moore, de 70 años, es un expresidente del Tribunal Supremo del estado, que fue destituido en dos ocasiones de ese cargo por sus posiciones a favor de la exposición de los 10 mandamientos cristianos en un recinto público y contra el matrimonio homosexual.
“Tenemos que devolver el conocimiento de Dios y la Constitución de los Estados Unidos al Congreso de Estados Unidos”, dijo Moore en su discurso de victoria.
Tras conocerse el resultado, Trump tuiteó sus felicitaciones a Moore y dijo que “Luther Strange empezó muy atrás y disputó una buena carrera”.
A pesar de que Alabama no ha enviado un demócrata al Senado en dos décadas, los demócratas confían en tener una posibilidad en los comicios de diciembre contra Moore.
Jones es un exfiscal federal conocido por procesar a los miembros del Ku Klux Klan que mataron a cuatro niñas con una bomba en una iglesia en 1963. El martes dijo que quiere centrar su campaña en asuntos “domésticos” que importan a todos los ciudadanos de Alabama, como “sanidad, educación para nuestros hijos, empleos y el nivel de vida”.