El presidente Donald Trump, presentó el lunes al Congreso estadounidense una solicitud presupuestaria de $4.4 billones que incluye fondos para el muro en la frontera con México y un incremento de los gastos en defensa, pero que de ser aprobada aumentará el déficit federal en más de $7,2 billones de dólares en la próxima década.
Funcionarios de la Casa Blanca prácticamente reconocieron que la propuesta revelada el lunes tiene pocas posibilidades de convertirse en ley: es el Congreso quien controla el gasto del gobierno federal. Pero la Casa Blanca insistió en que la propuesta de presupuesto de todas maneras envía un mensaje importante sobre las prioridades de Trump.
"Este es un documento sobre mensajes", dijo el director de presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, a los periodistas en una sesión informativa el lunes.
El programa para el año fiscal 2018 de Trump exige recortes importantes en programas domésticos como Medicare, Medicaid y cupones de alimentos, a la vez que abandona la vieja meta de los republicanos de equilibrar el presupuesto federal en una década y en cambio prevé un elevado déficit en 2020 y en el futuro inmediato.
El plan de gastos no lograría equilibrar el presupuesto federal, en parte debido a la reducción de los ingresos federales aprobados como parte de la reforma tributaria aprobada el año pasado.
Modernización
Funcionarios de la Casa Blanca dicen que el programa implica un retorno a las prioridades nacionales y que $50.000 millones de dólares serán volcados a modernizar la infraestructura de áreas rurales, muchas de las cuales fueron cruciales para la victoria de Trump en las elecciones de 2016.
El proyecto también le da un gran impulso al sector de defensa; incluyendo la renovación del arsenal nuclear de forma tal que el de Estados Unidos será "por lejos, superior del de cualquiera", según dijo.
Rechazo bipartidista
Los demócratas rechazaron ampliamente el plan. La líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, calificó la propuesta como "una colección brutal de promesas incumplidas y recortes asombrosos".
La reacción del ala conservadora del Partido Republicano no fue menos intensa. Americans for Prosperity, el brazo político de la red financiada por los multimillonarios Charles y David Koch, describieron la medida como "algo completamente alejado de la así llamada responsabilidad fiscal de la que los estadounidenses oyeron durante la campaña política".
El presupuesto eliminaría el programa de seguro de salud del presidente Barack Obama y reducirá en más de $200.000 millones de dólares la asistencia alimentaria para los pobres. El recorte de los programas de salud apunta especialmente a los estadounidenses más pobres y viejos.
Pese a esos recortes, los $4,4 billones de dólares del total de la propuesta presupuestal implican un aumento de 10% respecto a 2017.
El programa fiscal probablemente tendrá poco impacto real cuando empiece el debate en el Congreso, en donde será difícil convencer a los legisladores a que acepten los grandes recortes de gastos.
El banco de inversiones JPMorgan dijo el lunes que espera que el déficit del gobierno suba a 5,4% del PIB, la tasa más alta sin recesión y solo superada por la registrada durante la crisis financiera mundial de 2008.
El director de Presupuesto de la Casa Blanca Mick Mulvaney afirmó en cambio que el plan demuestra una adecuada administración de gastos.
"Como a cualquier familia estadounidense, el presupuesto ofrece opciones: gastos que debemos hacer, recortes en lo que podamos y reducción de lo que pedimos prestado", dijo Mulvaney el sábado.
El presupuesto se basa en que la economía de Estados Unidos crecerá a un ritmo de 3% anual en los próximos seis años. Muchos economistas consideran que eso no es realista pese a las rebajas de impuestos a personas y empresas aprobadas en diciembre.
El senador Chuck Schumer, líder la oposición demócrata en la Cámara Alta, acusó el lunes a la Casa Blanca de hacer que los "regalos" fiscales a las empresas caigan en los hombros de la clase media, los niños y los trabajadores.
"Si los estadounidenses quieren una imagen que muestre para quien trabaja Trump, la combinación de la reforma impositiva y este presupuesto, es absolutamente clara", dijo Schumer en una declaración.
"Él está a favor de los ricos y poderosos a expensas de la clase media", añadió.