El presidente hondureño Juan Orlando Hernández aseguró el martes que no enfrenta cargos criminales en Estados Unidos, y que las recientes acusaciones de fiscales federales estadounidenses se basan en afirmaciones de narcotraficantes que sólo intentan vengarse de él.
Hernández llegó a Washington apenas unos días después de que fiscales lo acusaran de dirigir esencialmente un narcoestado y de recibir contribuciones de campaña de parte de narcotraficantes a cambio de protección.
“Esa es una alegación de un narcotraficante en otro juicio”, respondió Hernández cuando The Associated Press le preguntó si se enfrenta a cargos formales en Estados Unidos.
“Ahora estamos viendo la venganza de estas personas que tienen credibilidad absolutamente cero en el sentido de que ahora es un ataque sostenido”, agregó el presidente fuera de la sede de la Organización de Estados Americanos.
Hernández dijo que, durante su reunión con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, analizó los detalles de un acuerdo que será firmado dentro de dos semanas con la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), el cual aborda las buenas prácticas y el apoyo técnico en la lucha contra el narcotráfico y el consumo de drogas.
Por su parte, Adam Namm, secretario ejecutivo de la CICAD, dijo a la AP que su equipo está trabajando en un programa para reducir la demanda de drogas en Honduras que será financiada en su totalidad por el país centroamericano.
Namm agregó que las recientes declaraciones de los fiscales estadounidenses sobre Hernández no afectan el trabajo de la comisión en Honduras.
“No entra en nuestro cálculo. La CICAD es un ente para estrategias hemisféricas sobre drogas y apoyamos a los Estados miembros de la OEA”, agregó el jefe del organismo.
Hernández afirmó que planeaba tener otras reuniones el martes más tarde sobre migración e inversiones, pero no identificó a las partes involucradas.
Tanto el presidente Donald Trump como los miembros del Congreso están fuera de Washington debido al receso de verano.
Un vocero de la DEA dijo que no había reuniones programadas con Hernández.
Un documento de 49 páginas presentado este mes en el distrito sur de Nueva York menciona a Hernández como coconspirador junto con su hermano Juan Antonio Hernández y el expresidente Porfirio Lobo “para utilizar el narcotráfico a fin de ayudar a afianzar el poder y el control en Honduras”.
Hernández dijo que las acusaciones en Nueva York vienen de narcotraficantes que buscan vengarse de él. El ahora mandatario hondureño encabezó el Congreso del país centroamericano en 2012, cuando la legislatura autorizó la extradición de hondureños para que enfrentaran juicios en Estados Unidos por narcotráfico.
Desde entonces, dijo la presidencia, más de 40 hondureños han sido extraditados y otros han negociado acuerdos de culpabilidad con funcionarios estadounidenses a cambio de información.