Laura Rohrer descubrió por primera vez la música de Hawai a la edad de ocho años, cuando su familia estaba estacionada en la base militar de Pearl Harbor, en la isla hawaiana de Oahu.
"Me quedé enamorada de Hawai y de cómo se expresa a través de la música", dice ella.
Ahora que Laura y su esposo, Jake Rohrer, se retiraron están dedicados a la preservación y la promoción los cantantes poco conocidos de la isla de Hawai, utilizando su “garaje estudio” de grabación cerca de la pequeña ciudad de Ha'iku, en Maui.
Primeros pasos
Jake Rohrer creció en El Cerrito, California, donde se hizo amigo de John Fogerty y algunos otros músicos con los que formaron la banda de rock and roll Creedence Clearwater Revival.
"Era divertido y emocionante. Fue una mirada muy cercana al negocio de la música en todos los niveles", dice Rohrer quien hizo giras como gerente del grupo.
En 1996, con sus hijos ya en la universidad e independientes, los Rohrers decidieron retirarse a Maui. Laurie inmediatamente revivió su pasión por la música hawaiana.
"La música tradicional de Hawai es mi maestro. Me cuenta las leyendas de los lugares y lo que estos significan para la gente aquí, y por eso me conecta con este sitio y su cultura", dice Laurie.
Inspirado por el entusiasmo de Laurie, Jake también se enamoró de los cantantes nativos de Hawai, cuyos ritmos sensuales son claramente diferentes a cualquier otro tipo de música él conoce.
El estudio de grabación en el garaje
Jake construyó un estudio de grabación en su garaje y grabaron el primer CD con Ata, un cantante de música tradicional.
Con planes para realizar más grabaciones, los Rohrers necesitaban su propio sello discográfico, y lo llamaron “Ululoa”.
"Ululoa tiene muchas capas de significados. Es crecimiento abundante, no sólo las plantas, sino también el crecimiento espiritual y el creativo. Ha llegado a representar exactamente lo que sucede aquí a muchas personas en nuestro estudio”, explica Jake.
Los Rohrers invitan a cantantes nativos a grabar con ellos, trabajan con cada uno individualmente, concediéndoles la libertad de expresión artística y el respeto cultural.
Una vez que las ventas han pagado el costo de producir un CD, Ululoa y el artista se reparten las ganancias por mitades. La honestidad es una palabra clave en los negocios de la compañía. No hay contratos. Todo lo que se sella con un apretón de manos basado en el principio cultural de Hawai de "pono".