Una activista y maestra hondureña ganó el prestigioso Premio Ambiental Goldman para Centro y Sudamérica.
A Berta Cáceres se le otorgó el premio por su lucha persistente en contra de la construcción de una represa hidroeléctrica que amenazaba con desplazar a cientos de indígenas de Honduras.
El Premio Ambiental Goldman “reconoce a las personas por sus esfuerzos sostenidos y significativos para proteger y mejorar el medio ambiente natural, a menudo con gran riesgo personal”, según el sitio web de la organización.
El reconocimiento a la activista de 42 años ha sido celebrado por grupos de derechos humanos y medioambientalistas.
En 2013, Cáceres se convirtió en el rostro del movimiento en contra de los planes de construir una represa hidroeléctrica en el río Guacelcargue, que es considerado sagrado por grupos indígenas que habitan la parte occidental del país centroamericano.
El anuncio de que Cáceres fue premiada surgió el mismo día que la organización Global Witness clasificó a Honduras como el país más peligroso en el mundo para ambientalistas.
Cáceres le dijo a la Voz de América que su vida ha sido amenazada como resultado de sus actividades a favor del medioambiente, agregando que al menos 10 activistas han sido asesinados por su oposición al proyecto de la represa.
El plan de $50 millones de dólares concedido a un compañía local y la empresa china SINOHYDRO permanece paralizado debido a la continua presión ejercida por Cáceres y el Consejo de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH).
La represa, que sería construida en la región del río Blanco de Honduras, afectando a grupos indígenas que viven en el área y usan su agua río para irrigación, pesca y para beber.
Sin embargo, promotores del proyecto dicen que la planta de 22 megavatios ayudaría a uno de los países más pobres de la región a abastecerse de energía renovable.