Miembros del liderazgo republicano en la Cámara de Representantes de Estados Unidos predicen una “lenta agonía de varios meses” para la reforma migratoria, el ex presidente George W. Bush señala que el proyecto tiene fallas y que se le debe dar una "solución positiva".
Aún antes de que la bancada republicana se reúna este miércoles a puertas cerradas, para discutir la forma en que se tratará el tema, según informa la publicación especializada Politico.
Los republicanos insisten en que debe haber primero seguridad fronteriza y luego estudiar algún tipo de reconocimiento para los millones de indocumentados, pero de todas maneras muchos conservadores temen que cualquier cosa que aprueben va a tener que conciliarse con la propuesta aprobada en el Senado el mes pasado, lo cual va a ser muy difícil.
El representante Steve King, fiero crítico de otorgar la ciudadanía a los indocumentados, cree que la reunión de este miércoles debe servir para ver dónde está cada quien en el tema.
"Debe ser el tipo de reunión donde un número suficiente de republicanos se paren (y digan) lo que piensan", dijo King. Los republicanos también deberán decidir qué tan rápido van a caminar y a dónde y cómo van a llegar a donde quieran llegar.
Bush espera "solución positiva"
Por su parte, el ex-presidente de Estados Unidos, George W. Bush participó de una ceremonia de naturalización de 20 personas de 12 países en la recién inaugurada biblioteca presidencial que lleva su nombre en la ciudad de Dallas, Texas, donde dijo que la reforma de inmigración debe estar guiada por un “espíritu benevolente” y agregó que el actual proyecto debe ser mejorado con lo que definió como una “solución positiva”, ya que tiene fallas.
También el presidente 43 de Estados Unidos alentó al pueblo estadounidense a entender la contribución de los inmigrantes a Estados Unidos y recordó que “la gran mayoría” de los inmigrantes son “personas decentes que trabajan fuerte y en forma responsable”. Durante su segundo mandato Bush intentó impulsar una reforma inmigratoria junto al senador republicano John McCain y el fallecido senador demócrata Edward Kennedy, la cual no consiguió ser aprobada en el Congreso de Estados Unidos.
Apoyo de Ros-Lehtinen
La congresista por el estado de Florida, Ileana Ros-Lehtinen, favorable a la reforma no parece optimista. “Yo apoyo la reforma migratoria”, dijo en una entrevista a CNN, “pero entiendo que la propuesta del Senado no va a ninguna parte en la Cámara”.
El meollo del asunto está en que muchos de los congresistas representan distritos en los que los electores son en su mayoría blancos y, por lo tanto, desinteresados en el tema. Para ellos, que Marco Rubio diga que votar por la reforma es inteligente e importante para el partido republicano y que no hacerlo sea suicidio político, es irrelevante.
Los republicanos planean por eso una estrategia a cuentagotas: discutir la seguridad fronteriza este mes, y uno o dos temas en los próximos meses.
Los republicanos controlan 234 escaños en la cámara baja, y los demócratas, 201. Aprobar una iniciativa de ley requiere 218 votos si todos los integrantes están participando.
Aún antes de que la bancada republicana se reúna este miércoles a puertas cerradas, para discutir la forma en que se tratará el tema, según informa la publicación especializada Politico.
Los republicanos insisten en que debe haber primero seguridad fronteriza y luego estudiar algún tipo de reconocimiento para los millones de indocumentados, pero de todas maneras muchos conservadores temen que cualquier cosa que aprueben va a tener que conciliarse con la propuesta aprobada en el Senado el mes pasado, lo cual va a ser muy difícil.
El representante Steve King, fiero crítico de otorgar la ciudadanía a los indocumentados, cree que la reunión de este miércoles debe servir para ver dónde está cada quien en el tema.
"Debe ser el tipo de reunión donde un número suficiente de republicanos se paren (y digan) lo que piensan", dijo King. Los republicanos también deberán decidir qué tan rápido van a caminar y a dónde y cómo van a llegar a donde quieran llegar.
Bush espera "solución positiva"
Por su parte, el ex-presidente de Estados Unidos, George W. Bush participó de una ceremonia de naturalización de 20 personas de 12 países en la recién inaugurada biblioteca presidencial que lleva su nombre en la ciudad de Dallas, Texas, donde dijo que la reforma de inmigración debe estar guiada por un “espíritu benevolente” y agregó que el actual proyecto debe ser mejorado con lo que definió como una “solución positiva”, ya que tiene fallas.
También el presidente 43 de Estados Unidos alentó al pueblo estadounidense a entender la contribución de los inmigrantes a Estados Unidos y recordó que “la gran mayoría” de los inmigrantes son “personas decentes que trabajan fuerte y en forma responsable”. Durante su segundo mandato Bush intentó impulsar una reforma inmigratoria junto al senador republicano John McCain y el fallecido senador demócrata Edward Kennedy, la cual no consiguió ser aprobada en el Congreso de Estados Unidos.
Apoyo de Ros-Lehtinen
La congresista por el estado de Florida, Ileana Ros-Lehtinen, favorable a la reforma no parece optimista. “Yo apoyo la reforma migratoria”, dijo en una entrevista a CNN, “pero entiendo que la propuesta del Senado no va a ninguna parte en la Cámara”.
El meollo del asunto está en que muchos de los congresistas representan distritos en los que los electores son en su mayoría blancos y, por lo tanto, desinteresados en el tema. Para ellos, que Marco Rubio diga que votar por la reforma es inteligente e importante para el partido republicano y que no hacerlo sea suicidio político, es irrelevante.
Los republicanos planean por eso una estrategia a cuentagotas: discutir la seguridad fronteriza este mes, y uno o dos temas en los próximos meses.
Los republicanos controlan 234 escaños en la cámara baja, y los demócratas, 201. Aprobar una iniciativa de ley requiere 218 votos si todos los integrantes están participando.