El partido de la final de la Copa América, que disputarán Argentina y Colombia, arrancará al menos con un retraso de más de una hora, debido a incidentes con altercados y desbordes en el ingreso de los aficionados al estadio Hard Rock, en Miami.
Los hinchas lograron traspasar los portones de seguridad del recinto, en las horas previas al encuentro.
Videos difundidos en las redes sociales mostraron a aficionados, la mayoría con los colores amarillo y rojo de la selección colombiana, saltando sobre los accesos en la zona suroeste del estadio en Miami Gardens, Florida, corriendo para no ser alcanzados por la policía y el personal del estadio. Se podían escuchar gritos.
Según la CONMEBOL, "las personas que no cuentan con ‘tickets’ (entradas) no podrán ingresar al estadio. Solo aquellos que tengan tickets adquiridos podrán hacer el ingreso una vez que vuelvan a ser habilitados los accesos".
Estaba previsto que el partido inicie a las 20:00 hora local, pero el ente rector del fútbol sudamericano indicó que se retrasaría por 30 minutos, luego dispuso que empezaría a las 20:45 hora local y finalmente fijó el comienzo para las 21:15 hora local.
Se pudo ver a un puñado de gente que recibía atención médica y que pedía agua en el calor agobiante en el sur de Florida.
Los policías lograron hacer retroceder a la multitud detrás de los portones negros y cerraron la entrada para que nadie pudiera ingresar adentro, aunque muchos hinchas con boletos ya habían logrado llegar a sus butacas antes de los incidentes.
Testimonios
Vanina Paolillo, una argentina que llegó desde Buenos Aires, logró entrar al estadio junto a otra de sus amigas. Otras cuatro estaban aún entre la multitud que esperaba que abrieran las puertas.
“Estuvimos más de una hora en la fila”, dijo Paolillo, de 30 años, y explicó que la policía les dijo que no podían abrir las puertas porque había fanáticos tratando ingresar sin entradas.
“Era obvio que esto iba a pasar, no hay mucha seguridad, es un descontrol. Un desastre”, dijo casi llorando.
Juan Fernando Vélez, quien viajó desde Medellín, Colombia, con su esposa y varios familiares para presenciar la final. Después de una larga espera pudieron ingresar.
“Es el colmo que esto suceda a la entrada de una final”, afirmó el hombre de 62 años, visiblemente enfadado. “Es una locura. La CONMEBOL debe aprender”.
[Con información de AP]
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