Un total de 673 libros, entre los que se encuentran algunas de las obras literarias de Isabel Allende o Gabriel García Márquez, han sido retirados de las aulas de las escuelas del condado de Orange, en Florida.
La medida responde al temor de violar la polémica ley HB 1467, aprobada por el Congreso de Florida y respaldada por el gobernador Ron DeSantis en marzo de 2022. Esta ley impone restricciones a libros que contengan referencias sexuales o contenido LGBTIQ+, considerándolos inapropiados para niños.
De las obras vetadas de la escritora chilena está “La casa de los espíritus” (1982) y “Más allá del inviernos” (2017). El más antiguo aborda la sexualidad y la prostitución, y el otro habla acerca de la sexualidad libre y sin tapujos.
Por su parte, obras destacadas del colombiano Gabriel García Márquez, como "Crónica de una muerte anunciada" (1981) -una novela policíaca- y "El amor en los tiempos del cólera" (1985) -que narra el amorío entre Fermina Daza y Florentino Daza-, también figuran en esta lista.
La junta escolar del condado también decidió retirar las obras literarias de otros autores reconocidos mundialmente, como Junot Díaz y el libro “La maravillosa vida breve de Óscar Wao”, que incluso fue galardonada con el premio Pulitzer de novela de 2008 y recibió el máximo reconocimiento por parte del National Book Critics Circle Award. Otros más clásicos, como la obra teatral “La casa de Bernarda Alba” de Federico García Lorca, también formaba parte de la lista de libros vetados.
La decisión del distrito escolar del condado de Orange obligó a los maestros a retirar cautelarmente los libros de sus estantes, aunque se espera una revisión que podría permitir su regreso a las aulas.
¿Qué dice la ley HB 1467?
La ley HB 1467, vigente desde julio de 2022, exige que los libros en las escuelas estén libres de pornografía y sean apropiados para la edad de los estudiantes, enfocándose en temas de sexualidad y orientación sexual. El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, defendió esta ley al considerar que en el estado del sol “los padres tienen todo el derecho de participar en la educación de sus hijos” y que en esta región del país no se le va a negar a los progenitores “el derecho a saber lo que se enseña” en los centros educativos públicos.
"No vamos a permitir que los políticos nieguen a los padres el derecho a saber lo que se enseña en nuestras escuelas. Estoy orgulloso de firmar esta legislación que garantiza la transparencia del plan de estudios", dijo a mediados de 2022.
Críticas a la ley
La ley ha generado críticas, considerándola como un instrumento de censura y una estrategia contra la llamada cultura "woke", que aborda problemáticas de desigualdad y discriminación.
En muchos lugares del estado se organizan reuniones para abordar esta situación. Muchos de los asistentes aseguran que esta es una forma de censura para “borrar la cultura” y “la historia”.
“La cultura tiene que enriquecer, los libros enriquecen. Todo el mundo tiene que tener la misma oportunidad de leer todos los libros que siempre han estado disponibles para todos, durante toda la vida, que son libros clásicos”, explica a la Voz de América Zuly Pardo, una residente cubana en el sur de la Florida, que acudió junto a su nieto a un evento en el que se distribuían gratuitamente algunos de los libros vetados en Florida a raíz de esta ley.
En ese sentido, Pardo también considera que esta medida no solo puede acabar afectando a la formación de los estudiantes en las escuelas, sino que también a la creación de hábitos de lectura que, según algunos expertos, es beneficioso para todas las etapas de la vida.
“Muchos de esos libros yo los leía cuando era jovencita, como The Catcher in the Rye, A mason man… y así la lista continúa. ¿Hasta donde vamos a ir a parar”, lamentaba la mujer.
En Miami se ha organizado un “Santuario de los Libros Prohibidos”, un lugar donde se habla abiertamente sobre los libros que han sido vetados, y donde la mayoría han expresado su rechazo a la medida promulgada por DeSantis.
“Que en este punto de nuestra historia de Estados Unidos, que estén en veda ciertos libros y que los prohíban, es una cosa que no pensé nunca que íbamos a ver”, dijo Sergio Baradat, otro residente en Miami que también se han unido a la causa contra los libros vetados de Florida.
Los maestros se enfrentan a pérdida de licencia para enseñar en las escuelas
La medida también ha generado una gran preocupación entre el colectivo de maestros porque si se considera que se han proporcionado a los estudiantes algún material que contenga pornografía, se enfrentarían a la pérdida de la licencia para enseñar en las escuelas o, incluso, a penas de prisión.
La normativa ha llevado a la censura de 5.894 casos de libros en escuelas de 41 estados, siendo Florida y Texas líderes en la prohibición de obras, según el Índice de Prohibiciones de Libros en las Escuelas de PEN América, una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es crear consciencia sobre la protección de la libertad de expresión.
El capítulo estadounidense de PEN denunció la ley HB 1467 como parte de una "campaña orquestada" para prohibir libros con contenido "objetable", especialmente aquellos que reconocen identidades LGBTQ o abordan problemáticas de sexismo y racismo. La organización alerta sobre el peligro que representa esta tendencia para las libertades de leer y aprender, así como para los principios fundamentales de la educación.
Sabrina Baêta, una portavoz del programa Libertad para Leer de Pen America, recordó en un comunicado que “la literatura es vital para educar a los jóvenes” y remarcó que “sin obras literarias, los estudiantes se quedan sin contexto para sus propias experiencias, sin empatía por las experiencias de los demás y sin una comprensión completa del mundo en el que vivimos y del pasado”.
"Nos alarma continuamente ver cómo el movimiento para prohibir libros se ha intensificado desde 2021 y pone en peligro las libertades de leer y aprender, al tiempo que amenaza principios básicos de la educación”, apuntó.
"Borra nuestros cuentos como inmigrantes"
En ese sentido, el poeta cubano-estadounidense Richard Blanco, quien también ha participado en algunas de las sesiones de difusión de libros vetados en Florida, lamentaba que el hecho de eliminar de las estanterías de las escuelas alguno de los títulos de los libros también fomenta a la eliminación de “algunas de nuestras historias”.
“Se basa en borrar nuestros cuentos como inmigrantes, como exiliados, como esclavos. No hay cosa más bella que poder entender todo eso juntos, como una nación”, comentó.
En contraposición, el analista político Fernando Godo, con un talante mucho más conservador, defiende la medida impulsada por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, asegurando que “hay cosas que los niños no tienen por qué aprender en las escuelas”.
“No hace falta que se hable de sexualidad de una forma tan explícita, los niños no tienen que aprender esas cosas en las escuelas, hay que fomentar el aprendizaje de otras materias, como las matemáticas, pero no hay que hablar sobre los libros que debaten, por ejemplo, sobre la identidad de género, porque luego nos encontramos que a una edad muy temprana nuestros niños no saben ni lo que son”, concluyó Godo.
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