Es casi seguro que el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, será el candidato presidencial demócrata de cara a las elecciones de 2024.
La falta de contendientes serios y el hecho de que sea difícil competir con un mandatario incumbente, hacen creer a los analistas que el veterano político será una vez más la cara de su partido en los próximos comicios presidenciales.
Hasta el momento, sólo otros dos candidatos se han presentado en la carrera: la autora de libros de autoayuda, Marianne Williamson; y el abogado ambientalista convertido en activista antivacunas, Robert F Kennedy Jr. Sin embargo, ninguno está considerado como una verdadera competición.
“Ninguno de los dos, si la historia es un indicador, va a quedar en pie cuando se asiente el polvo. La única forma en que podríamos ver surgir un candidato viable que no sea Biden, es si Biden realmente decide renunciar”, dijo a la Voz de América, el profesor de Ciencias Políticas en Swarthmore College, Ben Berger.
Otros expertos, como el profesor de Historia en la American University, Allan Lichtman, recuerdan que es complicado vencer a un presidente en ejercicio en la competencia por la candidatura e incluso, la Casa Blanca.
No es raro que los incumbentes tampoco participen en debates en primarias. de hecho, ninguno lo ha hecho desde 1956.
"Tienen un reconocimiento de nombre sin precedentes (...) Tienen fuentes de financiación que no están disponibles para los retadores (...) Y por supuesto, experiencia en campaña y en gobernar”, agregó Lichtman.
Es raro que surjan aspirantes, pero no imposible, argumenta por su parte el también docente de Historia, pero en la Rutgers University. “Jimmy Carter era un presidente débil en 1980, fue desafiado por el senador Ted Kennedy. George Bush padre era un presidente muy débil, que atrajo un desafío en 1992. Así que sí ha sucedido, pero nuevamente, es raro que esos retadores ganen”, recordó en conversación con la VOA.
La edad, un elemento en su contra
A pesar de ser la cara del partido demócrata, el veterano político tiene a la edad en su contra. Biden, de 80 años, es la persona de más edad que ha llegado a la presidencia en EEUU. De ganar la reelección, llegaría al final de su segundo mandato con 86.
Una encuesta de opinión de Reuters/Ipsos indica que alrededor del 54 % de los estadounidenses desaprueban su gestión, a pesar de los avances económicos y acciones a favor del medio ambiente. Varios miembros de su propia bancada han expresado su preocupación por la avanzada edad. Los votantes tienen opiniones encontradas.
Para el chef Darin Marshall, en Maryland, Joe Biden "tiene un conocimiento amplio, pero como presidente efectivo, sus acciones son un poco más lentas de lo que deberían ser”.
“Creo que mucha gente espera que otras personas se pongan de pie y sean promovidas por el partido”, opinó por su parte Melissa Fry, consultora de Sostenibilidad en el mismo estado.
Sin embargo, otros como la asistente de Educación Especial, Yaileen Rodríguez, creen que presentarse a la reelección es "es un desafío saludable".
"A veces eso es lo que la gente necesita para elevar su desempeño”, dijo a la VOA.
A favor de Biden también juega una probable repetición de su enfrentamiento contra el expresidente Donald Trump, que marcha favorito en las encuestas para convertirse en el candidato presidencial republicano.
Trump, de 77 años, no es mucho más joven que el mandatario incumbente y sus problemas legales se van acumulando, por lo que es muy posible que los votantes demócratas -e incluso algunos independientes- decidan apoyar a Biden contra el exmandatario, una de las figuras más polarizantes en un ya dividido ambiente político estadounidense.
“Pero aunque parece que las cosas van hacia allí, nuevamente, debido a la edad de ambos, debido a los problemas legales de Trump, podríamos ver muchos cambios, como una posibilidad externa entre ahora y el día de las elecciones de 2024”, afirma el analista político Mac McCorkle, de la Universidad de Duke.
A más de un año de las elecciones de noviembre de 2024, los analistas evitan ser categóricos. Advierten que la carrera aún está en una etapa muy temprana e insisten en que las encuestas de opinión publicadas ahora sobre los aspirantes presidenciales tienen muy poco valor predictivo.
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