El secretario de Estado de Estados Unidos Mike Pompeo se reunió este domingo con el ministro de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, para discutir sobre migración y comercio, en medio de una mayor tensión bilateral antes de la fecha límite en un acuerdo que eliminó amenazas arancelarias a las exportaciones mexicanas.
Pompeo llegó temprano en la mañana a la Secretaría de Relaciones Exteriores en el centro de Ciudad de México, sin hacer comentarios. El encuentro no estuvo abierto a los periodistas.
A primeras horas de la tarde, México emitió un comunicado en el que asegura que la conversación fue cordial, llevando a "resultados positivos" para ambas naciones.
Ebrard aseguró que Pompeo reconoció "significativos avances" de operativos mexicanos para frenar la migración hacia EE.UU.
México ha desplegado unos 21.000 funcionarios de su nueva Guardia Nacional a la frontera.
Sin embargo, el canciller también expresó su preocupación por los aranceles a las exportaciones de tomate mexicano, situación que habría impactado a un millón de empleos en México.
Ebrard también pidió al secretario Pompeo la reinstauración del programa para mexicanos repatriados desde EE.UU.
Ambos diplomáticos hablaron además sobre el exjefe del cartel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán, recientemente condenado a cadena perpetua en Estados Unidos, y sobre la creación de un grupo binacional para recuperar los activos comprometidos de Guzmán.
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Después del encuentro, Pompo tuiteó que México es uno de los aliados más importantes de EE.UU. para "aumentar la prosperidad y seguridad de nuestros países" y de la región.
"EE.UU. y Mexico comparten mucho más que una frontera. En nuestro encuentro, Ebrard y yo reafirmamos nuestros valores democráticos y lazos culturales compartidos. México es uno de nuestros socios más importantes para aumentar la prosperidad y la seguridad de nuestros países y la región", afirmó Pompeo.
Este encuentro se da en el marco de una gira de Pompeo que lo llevó a Argentina y Ecuador. Se espera que visite El Salvador este mismo domingo y se reúna con el presidente Nayib Bukele, quien asumió recientemente el cargo.
En virtud del acuerdo de junio con Estados Unidos, México evitó aranceles punitivos en envíos de sus productos, amenazados por el presidente Donald Trump, cuando prometió frenar el flujo de migrantes ilegales desde Centroamérica hasta el 22 de julio.
El encuentro también llega un día antes de que finalice el período de 45 días y cuando los legisladores de Estados Unidos discuten sobre un acuerdo de comercio regional para reemplazar el actual Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
México ha resistido la presión de Estados Unidos para aceptar el estatus de "tercer país seguro". La embajadora mexicana en Washington, Martha Bárcena, dijo el jueves: "hemos dicho una y otra vez que no estamos listos para firmar" ningún acuerdo de seguridad de tercer país.
Ebrard indicó esta semana que México ha cumplido su compromiso de reducir la migración de Centroamérica, después que el número de detenciones de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos cayó en aproximadamente un tercio a unos 100.000 en junio. En última instancia, será el gobierno de Donald Trump que decidirá si los esfuerzos de México son suficientes.
En su comunicado de este domingo, después de la reunión con su homólogo Pompeo, el canciller Ebrard reafirmó que México no considera necesario "iniciar ningún tipo de negociación con respecto a un eventual acuerdo de tercer país seguro".
El ministro mexicano indicó que los dos países continuarán su estrategia para reducir el flujo migratorio por otros 45 días.