El gobierno de Donald Trump amplió el martes sus políticas contra el aborto, prohibiendo a las organizaciones financiadas por EE.UU. apoyar a otros grupos que respaldan la práctica. La medida además impide el uso del dinero de los impuestos estadounidenses para presionar a favor o en contra del aborto.
En 2017, Trump restableció una política conocida por los críticos como la "regla global de mordaza", que exige a las organizaciones no gubernamentales extranjeras (ONG) que reciben fondos de planificación familiar de EE.UU. que certifiquen que ni practican, ni brindan asesoramiento sobre el aborto.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo el martes que Estados Unidos ampliará la política frenando a las ONG que financian otros grupos que apoyan el aborto.
Estados Unidos también hará cumplir la ley federal que prohíbe el uso de fondos estadounidenses, incluida la asistencia extranjera, para presionar a favor o en contra del aborto, agregó.
Al hacer el anuncio, Pompeo dijo que la actual administración ha demostrado que puede seguir cumpliendo "con las metas de salud globales fundamentales" y negarse "a subsidiar el asesinato de bebés por nacer".
"Continuaremos negándonos a brindar asistencia a las ONG extranjeras que realizan o promueven activamente el aborto como un método de planificación familiar. Ahora, como resultado de mi decisión de hoy, también estamos dejando claro que nos negaremos a brindar asistencia a las ONG extranjeras que brindan apoyo financiero a otros grupos extranjeros en la industria mundial del aborto", dijo Pompeo.
Explicó que se encargarán de hacer cumplir "una prohibición estricta" de los esquemas de financiamiento".
"El dinero de los contribuyentes estadounidenses no se utilizará para financiar abortos", declaró Pompeo.