El gobierno del presidente Daniel Ortega, que comenzó otro mandato este 2022, estima que la economía de Nicaragua observará un crecimiento debido a los lazos recientes con China.
La economía de Nicaragua se encuentra debilitada por la crisis sociopolítica iniciada en 2018, que ha desencadenado problemas con Washington, principal socio comercial de Managua, con sanciones a funcionarios de Ortega.
El ministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, sancionado por Estados Unidos afirma que la inversión del gigante asiático pronto llegará al país, sin embargo no precisó fecha.
“(China) está hablando de financiar proyectos privados, o sea, bancos privados a inversiones privadas que pueden ser chinos, nicaragüenses o sociedades nicaragüenses chinas”, dijo Acosta a un canal estatal.
La administración sandinista, que lleva 15 años en el poder, sostiene que China podría convertirse en uno de sus principales mercados de exportación, sin embargo, algunos analistas consultados por la Voz de América ponen en duda esas proyecciones.
El exdiputado Eliseo Núñez, quien formó parte de una comisión de economía en el Parlamento de Nicaragua, señaló que el costo de enviar productos a China es mucho más costoso que hacerlo al resto de la región, o a Estados Unidos.
“Hay que dejar claro que Estados Unidos es nuestro mercado, no solamente por la cercanía, sino porque, adicionalmente, sus hábitos de consumo son similares a los que nosotros producimos. Nosotros no producimos cosas que sean del hábito del consumo de los chinos o de los rusos”, advirtió Núñez.
Costa Rica, por ejemplo, con 10 años de relaciones con China, no ha tenido el éxito que espera tener la administración de Daniel Ortega.
“Apenas 180 millones de dólares exporta Costa Rica a China, y las exportaciones de Costa Rica son 4 veces más grandes que las de Nicaragua”, dijo Núñez.
En su opinión, hay que “vencer la distancia, vencer una serie de problemas logísticos y una serie de problemas que tienen que ver. Eso requiere de años de trabajo, de años de relaciones comerciales”.
El acercamiento de Ortega con China se da en medio del aislamiento internacional por su nuevo mandato, el cual no es reconocido por la mayoría de los países de América y Europa, y es precisamente lo que busca el caudillo sandinista, menciona a el analista y disidente del oficialismo Oscar René Vargas.
“Ortega piensa que con las relaciones con China, Nicaragua (y él) se transforman en el centro de la geopolítica de la región centroamericana al involucrar a los tres principales actores de la geopolítica mundial (EE.UU., China y Rusia) en un mismo escenario”, explicó.
Para Vargas, “el problema de Ortega es que ha perdido credibilidad. Hay desconfianza y miedo en el empresariado nacional, aunado al temor del gran capital de ser sancionado por los Estados Unidos”.
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