El gobierno del presidente Barack Obama divulgó un plan destinado a contrarrestar la llamada violencia extremista interna en Estados Unidos.
La iniciativa, de 20 páginas describe los pasos específicos para fortalecer y expandir la cooperación con las autoridades en comunidades que puedan ser objetivo de la violencia extremista.
El plan dice que la violencia extremista y el terrorismo inspirado por al-Qaeda, sus afiliados y sus adherentes, es una alta prioridad.
También la iniciativa destaca que otras formas de extremismo no serán ignoradas, y como ejemplo menciona los ataques en julio del año pasado por parte de un extremista de derecha en Noruega, indicando que las sociedades libres enfrentan amenazas de una variedad de extremistas violentos.
El plan requiere nuevos esfuerzos para analizar el impacto de internet y de las redes sociales en radicalizar a los estadounidenses desde afuera del país.
Además, el plan menciona pasos para identificar comunidades que puedan ser blanco de extremistas violentos para reclutamiento y radicalización, vinculándolos a los esfuerzos anti terrorismo a nivel federal, estatal y local.