La economía estadounidense se desaceleró a una modesta tasa anual del 2,1% en el tercer trimestre, ligeramente mejor de lo que se había informado en un principio. Pero los economistas prevén un sólido repunte en el trimestre octubre-diciembre, siempre y cuando el aumento de la inflación y el reciente repunte de los casos de COVID-19 no descarrilen la actividad económica.
El aumento en el Producto Interno Bruto —la producción total de bienes y servicios de la economía— fue superior a una estimación inicial del 2% para el tercer trimestre, pero la revisión sigue muy por debajo de las ganancias sólidas del 6,3% en el primer trimestre de este año y del 6,7% en el segundo.
El débil desempeño de la economía estadounidense en el verano reflejó una desaceleración fuerte en el gasto de los consumidores, ya que un aumento en los casos de COVID-19 por la variante delta hizo que la gente se volviera más cautelosa al comprar y las entorpecidas cadenas de suministro hicieron que artículos como los autos nuevos fueran difíciles de conseguir y también contribuyó a un alza de la inflación a niveles no vistos en tres décadas.
Aunque en las últimas semanas los casos de COVID-19 han comenzado a aumentar nuevamente en muchas partes del país, los economistas no creen que el último aumento sea suficiente para frenar el gasto del consumidor, que representa el 70% de la actividad económica.
La expectativa es que la economía en el trimestre actual, de octubre a diciembre, podría crecer al ritmo más fuerte este año, posiblemente superando el 8%
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