General Motors anunció el lunes la venta de su deficitario negocio automotriz en Europa, que incluye la marca alemana Opel y la británica Vauxhall, al grupo francés PSA en una operación que redibujará el sector en la región.
El acuerdo, valorado en 2.200 millones de euros (2.330 millones de dólares) y que fue presentado en París, supone que GM cede su posición en el tercer mercado mundial de autos, donde lleva 18 años sin conseguir beneficios a pesar de múltiples esfuerzos.
Con la compra, PSA - responsable de las marcas Peugeot y Citroën y que acaba de pasar por una reestructuración de negocio - se convertirá en el segundo mayor grupo automotriz de Europa por detrás de Volkswagen. La nueva firma podría sacar al mercado cinco millones de vehículos anuales.
El acuerdo es un "punto de inflexión" para PSA, dijo el director general del grupo, Carlos Tavares. Su homóloga en GM, Mary Barra, señaló que es una "victoria" para las dos partes.
PSA se unirá al banco francés BNP Paribas en la operación, que incluye 12 fábricas y una fuerza laboral compuesta por unas 40.000 personas, según un comunicado conjunto de las dos firmas.
Ante la preocupación por una posible pérdida de empleos en varios países, Tavares prometió que se respetarán los compromisos existentes entre GM y sus trabajadores.
General Motors mantendrá su centro de fabricación de Turín, en Italia. Los dos grupos, que ya habían colaborado en el pasado, seguirán haciéndolo en tecnologías para autos eléctricos y mantendrán los acuerdos de suministros vigentes para algunos modelos Buick.
La compra supone un importante cambio para PSA, que hace tres años tuvo que ser rescatada por inversionistas chinos y el gobierno francés. Tavares espera aprovechar su éxito en PSA para lograr ahorros similares en Opel, recortando costos a escala y mejorando el aprovechamiento de las fábricas.
Las acciones de PSA subieron en las cotizaciones matinales del lunes, lo que sugiere que los inversionistas valoran que el acuerdo es positivo para los intereses de la automotriz.
Para GM, la operación parece indicar que Barra decidió priorizar los beneficios por encima de la cuota de mercado. El grupo no lograba cerrar un ejercicio en positivo en Europa desde 1999.
"Esta fue una decisión difícil para General Motors pero estamos unidos en la creencia de que es la correcta", dijo a reporteros en París.
Barra explicó que la relación con Opel-Vauxhall se habría roto en 2016 de no ser por la decisión de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea, que devaluó el valor de la libra.
GM podría reinvertir los fondos que ha estado destinando a Europa en nuevos productos y servicios, como autos de conducción automática. La operación dará a PSA acceso a tecnología y le permitirá repartir costos de energía y otros a una mayor escala.