Con los precios del combustible ya extraordinariamente altos para un fin de semana feriado como ha sido este último en EE.UU., puede que los automovilistas no hayan visto todavía lo peor a juzgar por lo que predicen para el verano los expertos.
Según analistas de la firma Goldman Sachs, el petróleo podría muy pronto trepar a $135 dólares el barril y la gasolina a $5 dólares el galón en Nueva York tal y como sucedió el verano antes de la recesión de 2008.
El crudo Brent caía por debajo de los $115 dólares este lunes, en su primer declive mensual del año, y el petróleo estadounidense también disminuía 21 centavos a $100,38 dólares el barril en la bolsa mercantil de Nuerva York. Pero según los pronósticos, eso sería una especie de calma antes de la tormenta.
Goldman elevó sus estimados para el crudo Brent a $115, $120 y $130 dólares el barril, de manera sucesiva durante los próximos tres, seis y 12 meses, y respecto al 2012 su pronóstico también subió de $120 a $140 dólares el barril.
Además de que la debilidad del dólar sirve de base para la subida del petróleo, Goldman Sachs y también Morgan Stanley incrementaron sus pronósticos al alza debido a la prolongación del conflicto armado en Libia.
Sin embargo, el príncipe Alwaleed bin Talal, de Arabia Saudita, que es el principal productor mundial de crudo, dijo que un petróleo tan caro no le conviene a su país, y señaló que el precio ideal sería de $70 a $80 dólares el barril.
Alwaleed declaró en una entrevista con la cadena CNN que Arabia Saudita “no quiere que los países de occidente vayan en busca de fuentes alternativas de energía”.
El sobrino del Rey Abdulá indicó que la rebelión en Libia, las protestas en Bahrein y el frenesí de los especuladores son los responsables de que los precios del crudo hayan remontado los $100 dólares el barril. Sólo el último año se incrementaron 35 por ciento.
El príncipe, que según la revista Forbes ocupa el lugar 26 entre los multimillonarios más acaudalados del mundo, con una fortuna estimada en $19.600 millones de dólares, dijo que él sigue invirtiendo en EE.UU. porque aunque la economía estadounidense está en baja no está acabada.