LIMA – A una semana de cumplir un año en el poder, el presidente peruano de izquierda, Pedro Castillo afronta otra crisis política. Esta situación se debe a que decidió destituir la noche del martes al ministro del Interior, Mariano González, quien había creado un equipo especial de la Policía Nacional para capturar a las personas cercanas a su entorno involucradas en casos de corrupción y que se encuentran no habidas como son: el exsecretario presidencial, Bruno Pacheco; el exministro de Transportes, Juan Silva; y el sobrino del mandatario, Fray Vásquez. Todos ellos llevan más de 100 días sin ser ubicados.
González era el sexto titular de la cartera de Interior de este gobierno. Fue colocado en ese cargo debido a su experiencia como ministro de Defensa en la administración de Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018). En los últimos meses, su nombre había sido mencionado para integrar un puesto dentro del Ejecutivo. Tras su abrupta salida, el exministro señaló en una entrevista con un canal de televisión que el presidente Castillo tiene que dejar cuanto antes el gobierno al “tener un compromiso con la corrupción”.
“A cada decisión que tomaba, había una ley del hielo de todo el entorno del gobierno. El presidente, sus asesores. Hoy no tengo ninguna duda que el señor (Castillo) está comprometido con la corrupción”, aseveró González.
“Pedro Castillo no merece estar ni un día más en el gobierno. El Congreso debe tomar su decisión, espero que lo haga. Si no lo hace, la calle lo hará por todos”, aseguró. El exministro del Interior indicó que el gobierno quiso colocar a asesores cercanos dentro del equipo especial de la Policía Nacional.
El presidente Castillo respondió a las acusaciones de González. “Recientemente estuvimos en Ayacucho, hice un llamado a los ministros de Estado y les anticipé que el ministro o ministra que no trabaja, se tiene que ir a su casa. Hoy estamos en este escenario, y cuando lo tengan que decir, no esperen salir de la gestión (para hablar) de los errores y actos que se cometen dentro de la administración y dentro de la gestión. Díganlo adentro, que lo que se diga después no tiene sentido”, apuntó en una actividad pública.
Además, el primer ministro Aníbal Torres señaló que el saliente funcionario fue cesado porque no presentó un plan para combatir la inseguridad ciudadana en Lima y las regiones del país. Además, la vicepresidenta Dina Boluarte, quien ocupa la cartera de Desarrollo e Inclusión Social, tildó de irresponsable al exministro González, a quien le exigió que presente pruebas de sus acusaciones contra el gobierno.
El escándalo político llegó al Congreso de la República, donde la oposición ha comenzado a reunir firmas para presentar una moción de vacancia contra el presidente Castillo. Esta sería la tercera vez porque en diciembre y marzo pasado no se lograron los 87 votos necesarios para acabar con el gobierno. En paralelo, diversos gremios empresariales han publicado comunicados exigiendo que el jefe de Estado renuncie.
La fiscalía de la Nación abrió una investigación contra Castillo por el presunto delito de encubrimiento tras la denuncia del exministro Mariano González, quien lo acusó de proteger a los prófugos de este gobierno.
Con esta decisión, resulta ser la tercera pesquisa contra el presidente peruano en el ejercicio de sus funciones. Días atrás le iniciaron investigaciones por la irregular licitación de un puente en la selva peruana por parte del Ministerio de Transportes y los ascensos en las Fuerzas Armadas.
Según los sondeos de opinión de empresas como IPSOS, el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) y CPI, Castillo cuenta con una desaprobación que bordea el 80%.
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