Durante los últimos dos meses en Perú la atención estuvo centrada en las protestas contra la presidenta Dina Boluarte, quien asumió el poder tras el fallido autogolpe de Estado de Pedro Castillo, y la propuesta del adelanto de las elecciones generales para este año que no se aprobó en el Congreso.
Debido a esta coyuntura política, no tuvo mucha exposición un informe sobre la desigualdad global 2022 del Laboratorio de Desigualdad Mundial (World Inequality Lab - WIL inequality), que ubica al país como el cuarto más desigual del mundo. Dicho diagnóstico fue discutido por expertos consultados en diferentes sectores por la Voz de América en Lima.
Sin embargo, un punto de partida para analizar este problema es el testimonio de los ciudadanos.
Aldo Guevara, jubilado y con 60 años a cuestas, señala que lamentablemente el Perú siempre ha tenido presidentes que no gobernaron para todas las personas. “Hemos tenido gobiernos centralistas que se han dedicado a mirar que Lima es el Perú. No ha existido una verdadera reforma del Estado, que es lo que se necesita para que sea más eficiente en salud y educación”, dijo a la VOA.
Cierre de brechas
La economista Carolina Trivelli, exministra de Desarrollo e Inclusión Social, comentó a la VOA que “somos un país que esconde múltiples desigualdades”. “Algunos están referidos a la distribución de la riqueza y a los procesos de la exclusión social, como la discriminación, que también afecta el bienestar de los ciudadanos”, explicó.
La exconsultora del Banco Interamericano de Desarrollo enfatizó que Perú tiene un gasto bastante modesto en programas sociales a comparación de otros países como Brasil, México y Colombia.
Trivelli apuntó que existe un esfuerzo enorme para implementar políticas sociales en el país, pero debe haber el compromiso de las gestiones presidenciales de turno para contar con mejores indicadores de desarrollo de diversos grupos poblacionales.
“El alcance, la magnitud, la escala y la atención que se le da a los programas sociales es una decisión política y desencadena también una apuesta económica con los recursos. Durante el gobierno del presidente Ollanta Humala, recuerdo que una de sus banderas fue la inclusión social. Sin embargo, después ya no hemos tenido un enfoque en la inclusión social con [Pedro Pablo] Kuczynski, ni con [Martín] Vizcarra ni [Pedro] Castillo”, recalcó.
Según un reporte del Instituto Nacional de Estadística e Informática, el Perú registró una pobreza de 25,9 % en 2021. Si se desglosa esta cifra, las zonas rurales tienen un 39,7 % de pobreza en comparación con las urbanas (22,3 %).
El indicador de la pobreza no sufrió variaciones según fuentes de la entidad que fueron consultadas por la VOA.
Crecimiento
Por su parte, el economista Alejandro Indacochea tiene una lectura diferente al destacar que en los últimos 20 años se dio la reducción de la pobreza en Perú en más del 50 %. Sin embargo, reconoció que “hay una marginación demográfica porque el Estado no llega a algunas zonas del país”.
“La gente debe entender que si no generemos crecimiento, vamos a repartir o igualarnos en la pobreza. Ahí están los casos concretos de Venezuela y Cuba. Entonces, aquí la tarea es doble: poner las reglas de juego y saber que la única manera de generar empleo es con la inversión”, dijo a la VOA.
Indacochea cree que el Estado debe fijarse una estrategia para atender a los sectores más vulnerables y así cerrar las brechas de desigualdad. Con ello, aseguró, “permitirá que más personas se integren a la economía formal”. Reiteró que el gran problema no es el dinero, sino la gestión.
“No le hemos dado la atención prioritaria a la educación y la salud”, dijo el economista, que pronostica una “década perdida” si no se hacen las correcciones a tiempo.
Una variable de la desigualdad es la informalidad. Según la Organización Internacional de Trabajo, Perú tiene el 70 % de este problema. Es el segundo país con la mayor tasa en América Latina.
Educación
La educación es donde se muestra mayor desigualdad entre la posibilidad de ir a un buen colegio o estar en uno donde los profesores y la infraestructura no sea adecuada.
El exministro de Educación Ricardo Cuenca anota que “es difícil estimar un monto que se necesita destinar para el sector”. “Se requiere claridad en dónde se va invertir dentro del sistema educativo para asegurar el cierre de brechas”, analizó.
El psicólogo social explicó que el gran problema de la educación peruana es la desigualdad educativa. Este factor es más relevante que las limitaciones en compresión lectora o matemática que tienen los niños. “Hay todavía grupos que no están respondiendo en la misma velocidad de la mejora que tiene el promedio nacional en las pruebas PISA”, argumentó.
Cuenca recuerda que la ONU le encargó un informe sobre la realidad educativa peruana en 2020. En los hallazgos se encontró que hay brechas muy grandes entre zonas urbanas y rurales. Además, el exministro cuestionó que una política como “el enfoque de género, que busca la igualdad entre hombres y mujeres, haya sido atacada permanentemente por sectores conservadores de la sociedad”.
Finalmente, el investigador sostiene que otro punto que agudiza la desigualdad es acabar con la reforma universitaria que bloqueó, en los últimos ocho años, la creación de universidades bambas que no tenían los estándares mínimos de aprendizaje para los estudiantes. “Las reformas están siendo atacadas, bloqueadas y recuperar eso será un costo muy alto”, anotó.
La VOA requirió los comentarios de algún representante del gobierno ante este reportaje. Un vocero del Ministerio de Desarrollo e Inclusión respondió que una meta es “consolidar la relación entre la inversión privada y las empresas para generar 50.000 empleos de mano de obra no calificada por un período de seis meses”.
Y también se plantea “un programa de inversión social que generará más de 5.000 empleos en las zonas urbanas y rurales para la construcción de infraestructura en un período de 11 meses”. “Trabajamos juntos para no dejar a nadie atrás”, respondieron.
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