Una perra que se perdió en California a mediados del año pasado apareció a más de 3.200 kilómetros (2.000 millas) de distancia en los suburbios de Detroit.
La policía de Harper Woods respondió la semana pasada a un reporte sobre un perro callejero, atrapó al animal —una cruza de terrier— y se puso en contacto con un grupo de bienestar animal.
La Sociedad de Adopción de Animales Grosse Point no tardó en darse cuenta de que a la perra, de nombre Mishka, se le había implantado un chip de identidad con la información de sus dueños.
Mehrad Houman y su familia viven en San Diego, pero planeaban viajar a Minnesota cuando recibieron la llamada. Aterrizó allí y luego condujo unas 10 horas hasta Michigan para reunirse con Mishka, informó el grupo en una publicación en Facebook acompañada de fotografías y video.
“Esta es la historia de Hollywood que nos encanta contar”, señaló el grupo.
Mishka se había alejado del lugar de trabajo de Houman, un taller mecánico, en julio pasado y nunca más volvió. Su collar tenía el número telefónico de la familia.
“Creemos que se la robaron, la vendieron y terminó en Michigan”, dijo Corinne Martin, directora del grupo de bienestar animal.
La esposa de Houman, Elizabeth, dijo que “ha sido un viaje increíble”.
“Nunca me di por vencida”, declaró el jueves. “Entregué más de 1.000 volantes. Tenía uno en la parte trasera de mi auto. Llevaba su correa siempre que salía a buscarla. Ahora sólo quiero averiguar cómo es que llegó a Michigan”.
La veterinaria Nancy Pillsbury examinó a la perra de 3 años de edad, la vacunó contra la rabia y la dio de alta para volver a su casa en California.
“Estaba limpia, bien alimentada. Quien fuera que la tuviera, la cuidó bien”, dijo Pillsbury a The Associated Press. “¿Cómo llegó aquí? Sólo Mishka conoce esa historia”.
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