Anastasia Mejía Tiriquiz, una periodista comunitaria, comunicadora social, guía espiritual maya y defensora de los derechos humanos, pasó poco más de un mes tras las rejas en su natal Guatemala por ejercer su oficio.
Su nombre resonó tras enfrentar un proceso penal debido a las acusaciones de autoridades, después de que fuera capturada y acusada de promover una protesta ciudadana en agosto de 2020, cuando ella únicamente cumplía con su labor de informar.
Esta guatemalteca, de 50 años, es directora de una radio comunitaria en su natal Joyabaj, un municipio del departamento de Quiché, al occidente de Guatemala.
“Mi deber era mi micrófono y mi cámara que era lo que yo tenía en mis manos”, dice Mejía Tiriquiz, al recordar que estuvo privada de su libertad durante 36 días. En ese tiempo "se pospusieron las audiencias con el fin de atrasar el proceso", explica.
Los hechos previos al arresto
Corría el 24 de agosto de 2020, y la periodista Mejía Tiriquiz cubría una protesta de los comerciantes mayas k'iche que pedían al alcalde restablecer un permiso para vender sus productos, tras ser revocado por la pandemia. Hacía su cobertura a través de una transmisión por Facebook Live de la página del medio que fundó en 2013: Xolabaj.
Su material en video mostró cómo los manifestantes saqueban oficinas, quemaban muebles y generaban el caos. Pero su trabajo le costó la cárcel, al ser capturada un mes después por la Policía Nacional Civil (PNC) para luego ser acusada por la Fiscalía por participar en la protesta.
Ella relata que la policía llegó a su casa a detenerla sin portar una orden de captura.
En entrevista con la Voz de América, Mejía Tiriquiz narró cómo ha sido víctima de persecución únicamente por ejercer su labor como periodista.
“Aquí estamos, enfrentando a la justicia en Guatemala por alzar la voz y por cumplir con nuestro deber de dar a conocer la información", dice la periodista.
El juez a cargo consideró que Mejía Tiriquiz no había cometido ninguno de los cuatro delitos que le imputaban, pero ahora está a la espera de la resolución de la sala regional de Santa Cruz del Quiché, después que el Ministerio Público presentará una apelación.
Y justo por su labor, valentía y lucha, esta guatemalteca recibirá el jueves el premio a la libertad de prensa 2021, que entrega el Comité para la Protección de los Periodistas CPJ.
Las razones de CPJ para conceder el premio
La CPJ, citando a la abogada de la periodista, Ana López, indica que su detención violó la ley guatemalteca, que exige una audiencia dentro de las 48 horas posteriores al arresto. Explica también la letrada que la labor periodística de su defendida ha sido severamente limitada, debido a que le impiden salir del departamento de Quiché y la orden judicial también le impide acercarse a la autoridad de la alcadía local.
La periodista asegura que en Guatemala no se respeta la libertad de prensa y reconoce que siente miedo.
“Que si sigo hablando me van a matar, me van a destruir a mi familia”, asegura.
Afirma también que es discriminada por ser de origen maya: “Aquí en mi comunidad hasta de manera despectiva hablan de mí, de 'la supuesta periodista' por el simple hecho de usar mi traje, ser mujer maya, no soy nadie”.
Trabajo por la comunidad
La periodista dice que ha trabajado por la necesidad de transparentar los temas del gasto público del municipio, con lo que también surge un grupo llamado sociedad civil.
"Me ha gustado estar al servicio, al pendiente de los recursos públicos y fue así como inicia este periodismo que es muy interesante pero muy arriesgado", contó la periodista a la VOA.
"Fui encontrando muchas cosas muy terribles, actos anómalos, desvío de fondos, saqueos millonarios, y tuve que ponerlo a la vista pública, denunciarlo de manera directa porque era muy injusto lo que se estaba dando en la municipalidad de Joyabaj", agrega.
Cuenta que a la llegada del concejo municipal, fue descubriendo "más desfalcos y más movimientos sucios de lo cual no participé, me negué" y fue acusada públicamente de que era ella la que impedía el desarrollo por preguntar.
"No se me dejó trabajar, mucho menos ejercer mi labor como mujer, con la sociedad, todo me decían no, todo me callaban, todo eran unos tratos terribles que recibía", afirma Mejía, quien agrega que "no quería seguir, pasaron los 4 años de sufrimiento hasta 2020... Misión cumplida, no me vendí, tampoco me presté a ser parte de este sistema criminal que se está dando y que se sigue dando".
Para esta periodista, el premio no es solo un reconocimiento, sino que se convierte en una oportunidad para seguir dándole voz a aquellos que no la tienen.
“Con este premio seguiré alzando la voz, y seguiré hablando por los demás, por los oprimidos, por los perseguidos, para mí es un ejemplo digno de que los periodistas no perdemos nuestro tiempo con nuestro trabajo”, dijo a la VOA.
Y anima a las mujeres indígenas y a todas las mujeres del mundo a no perder la esperanza y vencer el miedo.
"Me intentaron callar, me intentaron amarrar mis brazos, mis pies, quisieron que me quedara callada, pero gracias a este movimiento social a nivel nacional y a nivel internacional ayudó mucho a que ahora solo estoy a la espera que este caso se cierre por completo y vamos a darle con todo", puntualiza.
Los ganadores de los premios del CPJ en su edición 2021 serán galardonados el próximo 18 de noviembre. Junto a Anastasia, también serán reconocidos los periodistas Katsiaryna Barysevich (Belarús), Matías Guente (Mozambique) y Aye Chan Naing (Myanmar).
Con la colaboración de Karen Sánchez.
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