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Vicepresidente de EE.UU. inicia campaña sobre nuevo plan de salud


Los republicanos insisten especialmente en una de las mayores demandas de su partido político, “dar más opciones a los estadounidenses” para escoger su plan sanitario.
Los republicanos insisten especialmente en una de las mayores demandas de su partido político, “dar más opciones a los estadounidenses” para escoger su plan sanitario.

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, dio comienzo a la campaña que tiene prevista la Casa Blanca para defender el nuevo plan de salud propuesto por los republicanos en la Cámara de Representantes, y que prevé acabar con la ley sanitaria impulsada en 2010 por el expresidente Barack Obama.

Pence acudió a Louisville, en Kentucky, para insistir en las mejoras que a su juicio podrán disfrutar los estadounidenses con esta nueva propuesta, y reiterar las fallas del sistema que implantó Obama y que los republicanos han criticado duramente desde que entró en vigor.

“¡Obamacare ha fallado a la gente de Kentucky, Obamacare ha fallado a la gente de Estados Unidos y Obamacare debe desaparecer!”, aseguró Pence ante una audiencia de cerca de 100 personas, mientras varias decenas protestaban en las inmediaciones del recinto para defender el actual sistema de salud.

Acompañado por el Gobernador del estado, el también opositor a la ley de salud y republicano Matt Bevin; los congresistas por Kentucky, Andy Barr y Brett Guthrie; y el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, Pence calificó la reforma de Obama como “una pesadilla”.

No obstante, el vicepresidente obvió hacer referencia alguna al impacto económico que puede tener el nuevo plan republicano, cómo va a ser financiado, y cuáles van a ser sus consecuencias, algo que todavía no ha evaluado la Oficina no partidista de Presupuesto del Congreso (CBO).
No obstante, el vicepresidente obvió hacer referencia alguna al impacto económico que puede tener el nuevo plan republicano, cómo va a ser financiado, y cuáles van a ser sus consecuencias, algo que todavía no ha evaluado la Oficina no partidista de Presupuesto del Congreso (CBO).

“Aquí están los hechos desgarradores. Hoy en día, los estadounidenses están pagando 3,000 dólares más al año en promedio para el seguro de salud que el día en que Obamacare se convirtió en ley. Solo el año pasado las primas aumentaron un 25%, y millones de estadounidenses han perdido sus planes de seguro de salud y han perdido a sus médicos”, aseveró Pence.

El vicepresidente insistió en que “en un tercio de los condados de la nación, los estadounidenses solo tienen una compañía de seguros para elegir, lo que significa esencialmente que no tienen opciones en absoluto”.

“La verdad es que el pueblo estadounidense está sufriendo bajo Obamacare todos los días, y también las pequeñas empresas tan bien representadas aquí”, dijo, rodeado por los trabajadores del almacén de una pequeña compañía de energía, donde dio el discurso.

“Todos ustedes saben exactamente de lo que estoy hablando. La verdad es que Kentucky es un ejemplo de libro de los fracasos de Obamacare. Aquí en el estado del Bluegrass, las primas se dispararon un promedio de 24 por ciento el año pasado, con algunos planes aumentando en un 47 por ciento”, aseguró.

Sin embargo, según datos del Centro de Política Económica de Kentucky, entre 2013 y 2015 el número de personas sin seguro médico cayó del 20 por ciento al 6 por ciento y más de 420,000 personas fueron aseguradas a través de la expansión del conocido Medicaid, un programa para facilitar el acceso a la salud a las personas con bajos recursos.

A juicio del director de ese centro de estudios, Jason Bailey, Kentucky “ha sido el estado que más se ha beneficiado de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA)”, y por eso “tiene más que perder que ningún otro estado si es derogada”.

Con los datos en contra, pero los congresistas y el gobernador de su lado, Pence criticó la obligatoriedad de la ley actual, que multa a los ciudadanos que no obtengan un seguro médico, por lo que aseguró que ese mandato será uno de los primeros aspectos a los que pongan fin.

“Vamos a acabar con los mandatos individuales y patronales de Obamacare -insistió en referencia también a la obligación de las empresas de ofrecer un plan de salud a sus empleados-. En realidad vamos a deshacernos de más de 500,000 millones de dólares en aumentos de impuestos de Obamacare”, afirmó.

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