El estado de emergencia continúa vigente en California, donde batallan 10 incendios forestales activos a lo largo del estado.
A pesar de los esfuerzos de contención, los incendios siguen creciendo, al igual que la destrucción que están dejando a su paso.
"En las últimas 24 horas, los bomberos han extinguido 330 incendios en todo el estado", dijo el gobernador Gavin Newsom durante una conferencia de prensa el lunes por la tarde, señalando la gravedad de la situación que vive California.
Al norte de San Francisco, en el condado de Sonoma, el incendio Kincade ha consumido casi 40.000 hectáreas y sigue ardiendo fuera de control después de seis días, aunque cuadrillas de bomberos han ganado un poco de terreno. Han logrando la contención del 15%.
Durante la noche del lunes, más de 4.000 bomberos trabajaron para contener el perímetro del fuego, aprovechando una disminución en la velocidad de los llamados vientos Diablo, que han llegado a alcanzar más de 150 kilómetros por hora.
Hasta el momento, evacuaciones obligatorias han desplazado a más de 180.000 personas en el área. El incendio ha destruido más de 120 casas y edificios y amenaza a otras 10.000. Además de abandonar sus hogares para escapar del fuego, residentes de las zonas impactadas también están lidiando con cortes de electricidad masivos.
La compañía PG&E hizo apagones preventivos que dejaron a cuatro millones de personas en la oscuridad durante el fin de semana. Ya advirtieron que posiblemente harán otro corte eléctrico esta noche y mañana que afectaría a má de 600.000 usuarios.
Las llamas también han generado nubes de humo que están afectando la calidad de aire para residentes del estado, no solo en las zonas directamente afectadas.
Las condiciones del incendio Getty en Los Ángeles son tan severas como en el norte del estado, pero son serias. Las llamas han calcinado 12 casas y varias otras estructuras. Mas de mil bomberos están luchando contra el fuego, pero solo han logrado el 5% de contención.
Al estar en una zona más urbana, y cerca de la autopista 405, el cierre parcial de una de las arterias vitales de la ciudad, ha sido desastroso para el tráfico.
El Servicio Meteorológico Nacional emitió una alerta de "bandera roja extrema" para el sur de California hasta el jueves por la noche, diciendo que los vientos podrían superar los 120 kilómetros por hora y ser los más fuertes en más de una década.