El realizador cinematográfico Terrence Malick no es prolífico: sus cinco largometrajes han tomado cuatro décadas en producirse. Sin embargo, cada uno de estos títulos han sido piezas maestras altamente catalogadas.
Su más reciente producción, El árbol de la vida, es protagonizada por Brad Pitt, Sean Penn y Jessica Chastain y fue merecedora de la Palma de Oro, el premio mayor del Festival Internacional de Cannes en Francia 2011.
Malick es conocido por sus poderosas imágenes, escasos diálogos y temas espirituales.
Este director, quien en algún momento fue profesor de filosofía, presenta un problema innato de un hogar estadounidense de 1950. El padre es un hombre orgulloso y opresivo, quien sufre internamente porque no ha sido exitoso y debido a esto intenta modelar a sus hijos persiguiendo su ideal de hombre.
Jack es sólo un niño pero lleva el peso del mundo en sus hombros. Admira a su padre, pero al mismo tiempo le tiene resentimiento.
Dejando la religión de lado, esta película trata de darle un significado a la vida. Sus visuales son extraordinarios y su música meditativa tienen un efecto subliminal que invita a la audiencia a reflexionar y buscar su propia conclusión.
Algunos críticos se han manifestado en contra de la película por las dilatadas secuencias sobre la evolución del universo. Pero, El árbol de la vida ganó la Palma de oro por una buena razón: es una oportunidad de ver cine atrevido con un excelente reparto. Y a pesar de llevar la firma de Malick, es algo que no hemos visto antes.
