Las autoridades fronterizas estadounidenses desplegarán alrededor de cien agentes tácticos en ciudades santuario del país para reforzar el trabajo de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), informaron este viernes fuentes oficiales.
"Para mejorar la integridad del sistema de inmigración, proteger la seguridad pública, y fortalecer nuestra seguridad nacional " puntualizó Lawrence Payne, portavoz de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), citado en un reporte del periódico The New York Times.
El despliegue de los equipos se realizará de febrero a mayo, según un correo electrónico enviado al CBP por un funcionario familiarizado con la planificación, al cual tuvo acceso el diario neoyorquino.
Los agentes de este equipo son oficiales entrenados para operaciones de alto riesgo en la frontera pero que ahora trabajarán en conjunto con ICE para "proteger la seguridad pública".
La medida forma parte del objetivo del presidente Donald Trump de evitar la protección que ciertas ciudades o estados brindan al negarse a colaborar con las autoridades federales de migración en la detención de inmigrantes indocumentados.
Entre los agentes desplegados en las ciudades santuario se encontrarán miembros de la unidad táctica de élite conocida como BORTAC, que actúa esencialmente como el equipo operaciones especiales de la Patrulla Fronteriza.
Con equipo adicional, como granadas de aturdimiento y entrenamiento mejorado del tipo de las Fuerzas Especiales -incluida la certificación de francotiradores-, estos oficiales suelen realizar operaciones de alto riesgo dirigidas a personas que se sabe son violentas, muchas de ellas con amplios antecedentes penales.
Los oficiales especialmente entrenados están siendo enviados a ciudades como Chicago y Nueva York para aumentar el poder de acción de los oficiales locales de Inmigración y Control de Aduanas, según dos funcionarios que están familiarizados con la operación. Se espera que se envíen agentes adicionales a San Francisco, Los Ángeles, Atlanta, Houston, Boston, Nueva Orleans, Detroit y Newark.
Naureen Shah de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) criticó la iniciativa por medio de un comunicado de prensa: “Esta es una clara represalia contra los gobiernos locales por negarse a cumplir las órdenes del gobierno. Pondrá vidas en peligro al militarizar aún más nuestras calles. Los gobiernos locales no deberían hacer frente a represalias por centrarse en las necesidades de la comunidad local y utilizar el dinero de los contribuyentes de manera responsable, en lugar de ayudar a deportar y detener a los miembros de la comunidad".