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Paraguay: En busca de la opinión


A pesar de que la Constitución ofrece garantías para proteger la libertad de prensa, también expone limitaciones.

¿Qué se piensa cuando se habla de democracia? Sin duda este concepto viene acompañado de la palabra libertad, y entre las libertades, la de prensa es quizá una de las más importantes. Entendemos por prensa a los medios de comunicación masivos que transmiten noticias, opiniones, emociones y creencias.

Hoy día existen nuevas tecnologías y medios alternativos, que han facilitado la libertad en todas sus formas de expresión, como son las redes sociales en internet, democratizando el acceso a la información.

La libertad de prensa, es una garantía para que la democracia se ejerza totalmente, por esto es un término muy relacionado con la libertad de información y la de impresión, lo que juntas contribuyen al Estado de Derecho.

Podríamos hacer un viaje en la historia para marcar el “inicio” de la libertad de prensa, que se relaciona con el surgimiento de la imprenta en el siglo XV y fue en los momentos de revoluciones, donde se enfrentaban diferentes ideologías, que cobró más protagonismo.

A los países latinoamericanos estos eventos arribaron casi dos siglos después, como es el caso de Paraguay, uno de los más tardíos; la imprenta llega al país en el siglo XVIII. El primer periódico de este país se llamó “El Paraguayo Independiente”, su primer número aparece en abril de 1845. Durante la Guerra de La Triple Alianza, en 1865, el Paraguay se encontraba en una situación de bloqueo, desorden y caos, lo que generó una prensa de tipo combatiente, censurada y sin control, limitando así las opiniones de los ciudadanos. Pero más adelante, restablecido el orden, surgió “Ecos del Paraguay” que contó con el apoyo del gobierno de Carlos Antonio López en 1951.

En la Constitución de 1870, la ley 337 establece: “Toda difusión o propagación de ideas podrá realizarse por medio de prensa, salvo: Que no afecte la moral y buenas costumbres. No se haga uso del lenguaje hiriente o soez. Que no afecte la dignidad del poder ejecutivo, Legislativo y Judicial. Que no repruebe las actitudes del Presidente, Vicepresidente, Fuerzas Armadas”. Esta ley derogaba la 1292, dando lugar a libertades restringidas.

A éste hecho se le agrega la ley Nº 89, donde se establece la creación de la Dirección General de Prensa Propaganda que seleccionaría y controlaría la circulación de las publicaciones en la República.

Entre reformas y dictaduras, “la libertad de prensa pasa indefectiblemente por dos periodos bien delimitados: la prensa antes y después de Stroessner”; y otros sucesos de importancia, permitieron que hoy Paraguay tenga una constitución que apoya las formas de libertad, en especial la de prensa.

Existen artículos de la Constitución de Paraguay que lo constatan, como el artículo 26 “Se garantizan la libre expresión y la libertad de prensa, así como la difusión del pensamiento y de la opinión, sin censura alguna, sin más limitaciones que las dispuestas en esta constitución; en consecuencia, no se dictará ninguna ley que las imposibilite o las restringa. No habrá delitos de prensa, sino delitos comunes cometidos por el medio de prensa”

Si bien las leyes del país respaldan la libertad de prensa, esto no concuerda totalmente con la opinión del Sindicato de Trabajadores de la Prensa, que en su declaración el 3 de mayo de 2011 afirman: “En Paraguay existen grandes nubarrones que impiden la expresión popular a través de las empresas de comunicación. Concentración de medios de comunicación en pocas manos, conglomerados empresariales que aplican sistemáticas censuras sobre temas de su interés comercial, criminalización de la lucha social, prácticas restrictivas para emisión de materiales”

Focalizándonos más aún en la prensa paraguaya, la televisión pública está ganando terreno. César Palacios, director general de Medios Públicos de la Secretaría de Información y Comunicación para el Desarrollo, SICOM, afirma que el gobierno “está trabajando para fortalecer los medios existentes para darle fortaleza y el sentido público”.

“La libertad de expresión y la democracia son hermanas”. Analizando la realidad del país, podemos afirmar, gracias a documentos constitucionales y opiniones que es un país que goza de una constitución que da garantías a el trabajo e investigación periodística, pero que a la vez, establece límites.

Hacemos propio el concepto de que la democracia y la libertad de prensa tienen vínculos fraternos, pero agregamos que ellas, solo perduran y son sustentables, cuando las inspira la ética y la responsabilidad en la búsqueda noble y honesta de la verdad. Ejercer la ciudadanía es ejercer opinión, seamos ciudadanos y ejerzamos nuestro derecho a opinar, para fortalecer de esa forma, nuestra institucionalidad democrática y el ejercicio de nuestras libertades.

Manuela García Rodríguez tiene 16 años de edad y es una de las Jóvenes Corresponsales de Estados Unidos. Estudia 5to año de orientación humanística en el liceo departamental Nº 1 "Juana de Ibarbourou" y actualmente vive en la ciudad de Melo, Cerro Largo.

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