Tras cuatro días de negociaciones, los líderes politicos de Grecia alcanzaron un acuerdo, para designar a Lucas Papademos, el ex vicepresidente del Banco Central Europeo, como primer ministro de transición en un gobierno interino de coalición.
Papademos de 64 años reemplazará al al actual primer ministro, el socialista George Papandreu, quien dejará su cargo a mitad del periodo para el que fue electo.
El nuevo primer ministro interino dijo que su país se encuentra en una “encrucijada crucial” y que no será fácil solucionar los enormes problemas económicos de Grecia.
Papademos, un economista educado en Estados Unidos, y ex vicepresidente del Banco Central Europeo, que será juramentado el viernes 11 de noviembre, dijo que “el camino no será fácil”.
Pero señaló que la continuación del uso del euro en Grecia es “una garantía de estabilidad monetaria”, y que los griegos “deben estar optimistas sobre el resultado final”, si permanecen unidos.
Los líderes políticos griegos nombraron este jueves 10 de noviembre a Papademos como primer ministro interino hasta que se realicen elecciones nacionales, posiblemente el próximo año. Los griegos serán convocados a votar en febrero en elecciones anticipadas para elegir a un nuevo gobierno.
El gobierno que liderará Papademos, deberá definir la aprobación de un acuerdo de ayuda financiera por $177.000 millones de dólares.
Los mercados financieros europeos se recuperaron en las primeras transacciones de este jueves 10 de noviembre, ante señales de avances en la formación de gobiernos en Italia y Grecia.
En Italia, el primer ministro Silvio Berlusconi ha prometido renunciar después que el Parlamento apruebe duras medidas de austeridad. Este jueves 10 de noviembre dio señales de apoyar al hombre que es ampliamente considerado como su sustituto, el economista Mario Monti.
Un ex comisario de la Unión Europea, se espera que Monti lidere el nuevo gobierno para reducir la deuda italiana de $2.600 millones de dólares.
Líderes de la eurozona han instado a ambos países a acelerar la implementación de impopulares reformas económicas destinadas a salvarlos de entrar en bancarrota, loque desestabilizaría aún más el euro y generaría caos en los ya inestables mercados financieros globales.
