El papa Francisco atendió el viernes las necesidades de la pequeña jerarquía católica en Tailandia e instó a sacerdotes y monjas a encontrar vías para comunicar la fe “con un rostro y cuerpo tailandeses” en un país de abrumadora mayoría budista.
Miles de tailandeses recibieron al pontífice en la parroquia de San Pedro, una comunidad católica a las afueras de la capital, Bangkok, para rezar en el santuario dedicado al primer cura mártir del país.
Allí, ante unos cientos de sacerdotes y monjas, dijo que leyó “con algo de dolor” que, para muchos tailandeses, el cristianismo es “una religión para extranjeros”.
“Esto debería animarnos a encontrar vías para hablar de la fe en dialecto, como una madre que canta canciones de cuna a su hijo”, dijo. “Con esa misma intimidad, demos a la fe rostro y cuerpo tailandeses, lo que implica mucho más que hacer traducciones”.
Niños vestidos como monjes y monjas, además de religiosos y fieles, recibieron con vítores al papa mientras cruzaba, primer en su papamóvil y luego a pie, entre la multitud congregada en el exterior de la iglesia. “Viva el papa” o “Larga vida al papa”, gritaron en italiano.
Es la primera vez en una generación que los tailandeses ven a un papa tan de cerca. San Juan Pablo II fue el primer pontífice que visitó el país en 1984.
“Han pasado 35 años así que todo el mundo está muy feliz”, señaló Tuangsin Pureepaswong, un ingeniero de 60 años de la provincia de Rayong. “Que el Santo Padre rece a Dios por todos nosotros”.
Pornnutcha Kruprasert, una joven de 14 años de la región sureña de Prachuap Khiri Khan que se prepara para ser monja, dijo estar “emocionada y encantada” por ver a Francisco.
“El papa siempre tiene buenos pensamientos para todos los jóvenes”, apuntó alegremente. “Podemos llevar sus enseñanzas a la vida real”.
Tras reunirse con sacerdotes y monjas, Francisco mantuvo un encuentro con miembros de su orden, los jesuitas, y con obispos de toda Asia para animarlos a difundir la fe como hicieron sus predecesores misioneros.
Por la tarde, asistió a un encuentro interconfesional para destacar la atención a los pobres y al medio ambiente, además de los campos en los que los católicos pueden cooperar con budistas, musulmanes y miembros de otras denominaciones cristianas.
“Todos estamos llamados no solo a escuchar la voz de los pobres entre nosotros _ los marginados, los oprimidos, los pueblos indígenas y las minorías religiosa _ sino también a no tener miedo de crear nuevas oportunidades (...) para trabajar mano a mano”, dijo. “Por nuestra parte, se nos pide que abracemos el imperativo moral de defender la dignidad humana y respetar los derechos de libertad de pensamiento y religiosa”.
En el acto participó un coro joven de estudiantes musulmanes, budistas y cristianos, un guiño a los esfuerzos del papa para destacar la tradición de tolerancia religiosa de la nación.
Francisco cerrará la jornada con una misa dedicada a los jóvenes en la Catedral de la Asunción en Bangkok. El pontífice partirá el sábado hacia Japón para la segunda y última etapa de su viaje por Asia.