El papa Francisco deseó el domingo esperanzas de paz en un mundo lacerado por la guerra y el terrorismo, al tiempo que urgió a la gente a recordar a los migrantes, refugiados y a los golpeados por la inestabilidad económica causada por la “idolatría al dinero”.
En su tradicional mensaje "Urbi et Orbi” (a la ciudad y el mundo) desde el balcón central de la basílica de San Pedro del Vaticano, Francisco se refirió a los que sufren la guerra en Siria, especialmente durante las "batallas más espantosas" en Alepo.
Igualmente se refirió al conflicto entre israelíes y palestinos, que parece tensionarse de nuevo luego de una resolución de la ONU que condena los asentamientos en las tierras ocupadas, y los instó a abandonar el odio y la venganza.
El pontífice se lamentó además por el "terrorismo fundamentalista que explota incluso a los niños" en Nigeria, en referencia a los ataques suicidas realizados por niños.
En su mensaje, lamentó los conflictos y tensiones en África, el este de Ucrania, Mianmar, la península de Corea, Colombia y Venezuela.
"Paz a quienes han perdido a un ser querido, a quienes han sido heridos como resultado de los actos brutales de terrorismo que han sembrado el miedo y la muerte en los corazones de tantos países y ciudades", dijo el papa.
En referencia al significado del nacimiento de Jesús, el papa declaró: "Hoy este mensaje va a los fines del mundo, para llegar a todos los pueblos, especialmente aquellos afectados por guerras y conflictos que parecen ser más fuertes que en anhelo por la paz”.
Unos 40.000 fieles acudieron a la plaza de San Pedro y soportaron largas filas para las comprobaciones de seguridad