Tras ser revelados los ‘Pandora Papers', en los que aparecen tres mandatarios latinoamericanos en activo, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, reconoció el martes que hasta 2017 tuvo inversiones “legítimas” en el exterior.
“Es público que al crearse la Ley de 2017, que impide a candidatos tener inversiones en el exterior, me deshice automáticamente de todas esas empresas”, señaló Lasso en un mensaje de seis minutos a la nación.
Lasso se refirió así a la investigación realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, que pone en evidencia el manejo de dinero, riquezas secretas y evasión de impuestos por parte de personajes públicos.
El mandartario, de acuerdo con la investigación, utilizaba a una fundación panameña para hacer pagos mensuales a familiares con un fideicomiso en EE. UU.
En la investigación se asevera que además de Lasso, aparecen los presidentes de Chile, Sebastián Piñera, y de la República Dominicana, Luis Abinader, respectivamente, así como 11 exmandatarios que también “operaron en paraísos fiscales”.
En Ecuador el tema generó reacciones inmediatas, en especial de corrientes opuestas al gobierno que hablan de conflictos éticos y jurídicos.
“Todo el mundo en el Ecuador se pregunta si el presidente quiere cobrar impuestos a la clase media, por qué él y todos los ricos del país tienen sus riquezas fuera del país”, dijo a la Voz de América el analista económico Pablo Dávalos.
Napoleón Santamaría, doctor en Derecho, especializado en temas tributarios, aclaró a la VOA que si una inversión es lícita y paga impuestos, no tiene por qué ser satanizada.
“Ahí está el gran problema: confundir a un concepto de paraísos fiscales entre aquellos que los utilizan para no tributar y guardar o esconder sus capitales de aquellos otros que hacen inversiones lícitas, transparentes”, acotó.
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