Los pandilleros salvadoreños de la mara Barrio 18 se reunieron con una delegación de la Organización de Estados Americanos (OEA) en un centro penal de El Salvador, donde solicitaron que el organismo mutlinacional sirva de garante de la tregua entre las pandillas.
La reunión constituye una primer intento de dar reconocimiento político al pacto de no agresión de las pandillas salvadoreñas firmado hace dos meses y que ha significado una disminución sensible de la violencia y los homicidios en este país centroamericano.
La tregua fue facilitada inicialmente por el sacerdote Fabio Colindres, obispo castrense de El Salvador y el excomandante guerrillero Raúl Mijango.
Colindres había viajado a principios de mes a Washington para exponer ante la OEA el inédito proceso de tregua, que cuenta con la aprobación del gobierno salvadoreño en la forma de una mejora de las condiciones carcelarias de los pandilleros internados en el sistema carcelario a cambio del compromiso de dejar de matarse entre ellos.
En los últimos meses, a partir de la tregua, el promedio de homicidios diarios en El Salvador ha bajado de 14 diarios, uno de los más altos en el mundo, a 5.
La delegación de la OEA que se reunió con los pandilleros estuvo encabezada por el secretario de Seguridad Multidimensional de la Organización, embajador Adam Blackwell, quien fue recibido por Victor García, alias El Duque, líder de los pandilleros reclusos en el penal de Quezaltepeque
"Queremos invitar a que la OEA asuma el monitoreo de este proceso histórico y se convierta en el garante de los compromisos, con el único fin de que el proceso sea permanente y sostenible”, dijo El Duque.
Por su parte, el embajador Blackwell recibió la petición pero con la advertencia de que la tregua “entre ustedes no es suficiente, porque ustedes tienen que llegar a una tregua con el pueblo”, según les dijo.
La delegación de la OEA se reunió posteriormente también con funcionarios de seguridad del gobierno, buscando que los logros de este proceso sean permanentes.
La reunión constituye una primer intento de dar reconocimiento político al pacto de no agresión de las pandillas salvadoreñas firmado hace dos meses y que ha significado una disminución sensible de la violencia y los homicidios en este país centroamericano.
La tregua fue facilitada inicialmente por el sacerdote Fabio Colindres, obispo castrense de El Salvador y el excomandante guerrillero Raúl Mijango.
Colindres había viajado a principios de mes a Washington para exponer ante la OEA el inédito proceso de tregua, que cuenta con la aprobación del gobierno salvadoreño en la forma de una mejora de las condiciones carcelarias de los pandilleros internados en el sistema carcelario a cambio del compromiso de dejar de matarse entre ellos.
En los últimos meses, a partir de la tregua, el promedio de homicidios diarios en El Salvador ha bajado de 14 diarios, uno de los más altos en el mundo, a 5.
La delegación de la OEA que se reunió con los pandilleros estuvo encabezada por el secretario de Seguridad Multidimensional de la Organización, embajador Adam Blackwell, quien fue recibido por Victor García, alias El Duque, líder de los pandilleros reclusos en el penal de Quezaltepeque
"Queremos invitar a que la OEA asuma el monitoreo de este proceso histórico y se convierta en el garante de los compromisos, con el único fin de que el proceso sea permanente y sostenible”, dijo El Duque.
Por su parte, el embajador Blackwell recibió la petición pero con la advertencia de que la tregua “entre ustedes no es suficiente, porque ustedes tienen que llegar a una tregua con el pueblo”, según les dijo.
La delegación de la OEA se reunió posteriormente también con funcionarios de seguridad del gobierno, buscando que los logros de este proceso sean permanentes.