Manifestantes palestinos enfrentaban al ejército israelí el martes, al día siguiente de una jornada en la que las fuerzas israelíes mataron al menos 58 palestinos.
El lunes fue el día con más muertes por violencia en zona transfronteriza de la Franja de Gaza desde la guerra de 2014 con Israel.
Los enfrentamientos se produjeron cuando funcionarios estadounidenses e israelíes celebraron la apertura de la nueva embajada de EE. UU. en Jerusalén a menos de 100 kilómetros de distancia. El ejército israelí dijo que más de 40,000 personas protestaron.
Columnas de humo negro se alzaban de neumáticos encendidos y los palestinos arrojaban piedras a los soldados, que respondían con gases lacrimógenos. Unos 200 palestinos protestaban en la ciudad bíblica de Belén y otros 100 en Ramalá.
Además de rechazar la mudanza de la Embajada de EE. UU., los palestinos también protestan para celebrar el aniversario de lo que llaman la "nakba".
El martes se conmemora el 70 aniversario de los que los palestinos llaman su “nakba”, o catástrofe - la expulsión de cientos de miles de personas en la guerra árabe-israelí de 1948 durante la creación del estado de Israel.
Los palestinos conmemoraron el 70 aniversario de su desplazamiento en masa haciendo sonar una sirena durante 70 segundos.
El mundo fue testigo el lunes de escenas de fuerte contraste. Por un lado, las fuerzas israelíes mataron a 58 palestinos, la mayoría baleados, e hirieron a más de 2.700 más en las multitudinarias protestas masivas en la zona limítrofe con Gaza, mientras que por otro, a apenas unos kilómetros de distancia, Israel y Estados Unidos celebraban la inauguración de la nueva embajada estadounidense en la disputada Jerusalén.
El elevado número de víctimas mortales en Gaza revivió las críticas internacionales hacia Israel por el uso de fuerza letal contra manifestantes desarmados, mientras que la apertura de la misión diplomática, condenada por los palestinos como un acto descaradamente proisraelí, redujo todavía más la posibilidad de que el presidente Donald Trump logre lo que en su día calificó de “acuerdo del siglo” en Oriente Medio.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tenía previsto reunirse el martes para abordar la violencia, aunque no estaba claro cuál sería el resultado de la sesión.