Un venezolano promueve con sus murales el arte y la ecología

La primera vez que al artista Oscar Olivares le propusieron realizar un mural con tapas de botellas en Venezuela, le llevó varios días tomar la decisión. No por falta de tiempo, sino porque era un proyecto que no llamaba “tanto su atención”, así lo reconoce él mismo en entrevista para La Voz de América.

Aquella propuesta, iniciativa de la organización ambientalista Okospiri y el Movimiento de Arquitectos del Futuro (MAF), fue hecha por la alcaldía de El Hatillo, un municipio del estado Miranda, y coincidió con un viaje que Olivares realizó a Francia. Así que mientras pensaba qué decisión tomar comenzó a estudiar la técnica del puntillismo, la cual consiste en hacer una obra mediante el uso de diminutos puntos. Fue precisamente esto lo que le permitió aceptar la propuesta: elaborar el primer mural de tapas de botellas del país.

“Esto [el puntillismo] es lo que a mí me hizo en entender que cada tapa de botella era un punto de color. Eso fue lo que me permitió llevar este material a un nuevo nivel con todo lo que estamos haciendo y con ese primer mural de El Hatillo donde yo pude proponer las cuatro guacamayas que lo representan”, recuerda a la VOA el artista de 26 años de edad.

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Casi cuatro años han transcurrido desde aquel entonces. Esa primera propuesta que le hicieron al artista venezolano en 2019, fue el comienzo de un proyecto que le ha permitido crear murales ecológicos en varios estados del país.

Solo en el año 2022, Oscar Olivares inauguró ocho murales hechos de tapas de botellas en Venezuela, pero también llevó su arte a otros países como México y Arabia Saudita.

Por medio de su arte, Olivares ha llevado un mensaje de unión y conciencia sobre el medio ambiente a muchos puntos de Venezuela. Pero no solo eso, el artista venezolano comenta que su trabajo ha servido de inspiración para otros artistas nacionales que ahora usan esta técnica en sus obras.

“En Lara, Miranda, Zulia hay muchos artistas trabajando con esta técnica, además el feedback del público ha sido muy positivo, la gente se involucra muchísimo y eso es lo más importante, que la gente participa. No es solo un mural hecho por un artista sino que la gente quiere colaborar y ser parte, pegar una tapa, llevar tapas que tiene recolectadas, quiere realmente ser parte de esta obra por su connotación ecológica y la transformación artística que también le está dando a los espacios”, asegura el joven.

La elaboración de murales de tapas de botella le ha permitido a Oscar Olivares dar grandes pasos en su carrera profesional. Por ejemplo, en septiembre de 2022 creó el mural de tapas más grande del mundo en Guatire, estado Miranda. Para esto requirió 300.000 tapas y 33 días de trabajo.

La obra mide 330 metros cuadrados y aunque aún no tiene el reconocimiento del Récord Guinness, sí es la más grande debido a que el mural con tapas de botellas certificado por esta organización apenas mide 270 metros cuadrados.

Sobre esto, Olivares comenta que no han tramitado la certificación con el Guinnes por un tema de presupuesto y también porque tienen intenciones de continuar expandiendo el mural que elaboró en Guatire para que sea mucho más grande.

“No hemos tenido la certificación porque hay un altísimo costo económico para lograr tenerla y en la situación que está viviendo Venezuela esa suma de dinero se puede utilizar en muchas otras cosas que en este momento son prioridad. El mural va a seguir estando ahí y está certificación se puede obtener más adelante”, dice.

Otro logro del venezolano gracias a este proyecto fue la oportunidad de exponer una de sus obras en la Feria de Arte del Carrousel del Louvre en París, Francia, en octubre del año pasado.

“Fue realmente una experiencia tremenda, era la única obra con esta técnica en toda la exposición y esto es muy importante decirlo porque es una exposición muy grande que tiene artistas de todos los continentes y de todas las edades. Era la única con tapas de botella y todas las tapas me las lleve desde Venezuela para hacer la obra allá. La obra llamó muchísimo la atención, la gente le tomaba muchísimas fotos, comentaba sobre ella, iba la prensa, bueno, tuvo un impacto tremendo. No solo para los venezolanos allá sino para gente de todo el mundo”, afirma.

“El arte es un agente de cambio en zonas populares”

La elaboración de murales con tapas de botellas no se ha limitado a zonas céntricas y concurridas de Venezuela. A finales del año 2022, Oscar Olivares elaboró una de sus obras en la Cota 905, una barriada caraqueña muy nombrada durante los últimos años por los enfrentamientos entre bandas delictivas y por los constantes hechos de violencia.

El artista venezolano dice que la obra en la Cota 905 fue muy especial debido a que la zona fue reconocida por arte, por ser ejemplo de reciclaje y no por temas negativos.

“Pudimos ver cómo chicos en situación de calle participaban en la obra y se sentían parte del lugar. Lo que buscábamos con este trabajo era poder no solamente transformar el espacio, sino darle otro tipo de referentes a todos estos jóvenes que han vivido tanta violencia por mucho tiempo. Para mí es muy significativo poder transformar espacios que tanto lo necesitan”, asevera.

Para Olivares este tipo de eventos demuestran que el arte es un agente de cambio en zonas populares.

“El arte no cambia a una persona sino que es capaz de cambiar a una sociedad entera porque toca nuestras emociones y además influye en el inconsciente colectivo. Esto es algo muy importante cuando hablamos de generar cambios -y siento que vamos a seguir generando cambios importantes a través del arte- por lo menos en materia de reciclaje, hay miles de personas que por primera vez probablemente están reciclando y eso es gracias a estos murales”, refiere.

El arte, su “vida”

Como sucede con muchos artistas, la obra y el trabajo de Oscar Olivares ha sido el resultado de su esfuerzo y preparación de muchos años. El venezolano cuenta que ya a los 6 años de edad todo lo que hacía era dibujar. A los 14 años empezó a dibujar escenas del fútbol venezolano y publicaba sus obras en Twitter. La receptividad fue grande.

“Cuando vi que a través de mi arte no solo estaba expresando mis emociones sino que también podía tocar la de otras personas, entendí la gran responsabilidad y el gran poder que tenía con este talento artístico y decidí desarrollarlo. En ese punto mientras estaba en el colegio mi formación comenzó a ser autodidacta. Empezaba a comprar libros, a buscar videos en Internet. Practiqué muchísimo para poder depurar mi técnica”, dijo.

Años más tarde, Olivares cursó un semestre en la Universidad de las Artes, en Caracas, pero abandonó la carrera porque consideraba que el proceso de enseñanza era lento para lo que él quería lograr. “A veces discutía con los profesores, sentía que los métodos no eran los más idóneos, que podíamos exigirnos más. A veces por mi cuenta en media hora terminaba investigando algo que el profesor no nos había explicado en todo un semestre y yo se lo terminaba explicando a mis compañeros y eso me llevó a abandonar la carrera y seguir estudiando, preparándome por mi cuenta”.

Así que decidió invertir en cursos y libros, pero también en observar con detenimiento su alrededor para poder pulir su talento. “Gran parte de la evolución de un artista no se debe solo a los libros y cursos sino también a las experiencias que vive y a prestar atención al mundo que me rodea, porque muchas veces la innovación está en cosas que vemos todos los días pero que no le prestamos atención”.

En el año 2021, el artista venezolano pudo revalidar todo ese conocimiento y obtuvo una licenciatura en pedagogía de las artes en la Universidad Simón Rodríguez.

Su experiencia y su conocimiento le han permitido seguir expandiendo su trabajo. Por eso, aunque en un principio era reconocido por sus ilustraciones, los murales de tapas le han agregado mayor renombre. Sin embargo, no quiere dejarlo ahí. Para Olivares la clave está siempre en innovar, por él y también por el público.

“Tengo planeado para mediados de 2023 hacer una pausa de dos meses para hacer un viaje a Europa y poder explorar otro tipo de materiales, de técnicas y no limitarme solamente a los proyectos con tapas de botella. Quizás para 2024 o 2025 esté haciendo murales con otra cosa, quizás esté haciendo otra obra que no sea un mural”, afirma.

Por lo pronto, Olivares trabaja en dos murales con tapas de botellas. Uno en Santa Bárbara estado Zulia y otro que comenzará en febrero en la isla de Margarita, estado Nueva Esparta. Además afirma que está en conversaciones para elaborar otros cuatro murales, por lo que, por ahora, al menos 6 murales serán inaugurados este año en Venezuela.

Con su continuo trabajo Oscar Olivares demuestra la pasión que siente por el arte y también por la vida. Al ser consultado sobre quién es él, más allá de sus obras, su respuesta es tajante y refleja en esencia lo que es: “El arte es mi vida, no es algo que pueda separar de la persona que soy porque son cosas que van de la mano”.

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