La candidata demócrata por California, Jenny Oropeza, ganó su reelección al Senado pese a haber muerto un mes antes.
El pasado 20 de octubre de 2010, Oropeza falleció a causa del cáncer.
La noticia, aparentemente macabra, esconde una estrategia política de su partido detrás. Sin embargo, a tan sólo 13 días de las elecciones resultaba imposible legalmente retirar a la candidata de su postulación.
Los demócratas no tenían ni el tiempo ni la oportunidad para presentar un nuevo candidato, por lo que pidieron a los residentes su voto para ella a través de emails y llamadas.
El gobernador se ve así obligado a convocar unas elecciones especiales que le darán un margen de dos o tres meses al partido para preparar una nueva campaña.
Con más de la mitad de los votos contados, Oropeza superaba a su opositor vivo por el 54% de los votos frente al 40% de John Stammreich.