El jefe de Naciones Unidas no dejará que cualquier líder mundial hable sobre el cambio climático en la "cumbre de acción" especial del lunes. Solo aquellos con planes nuevos, específicos y audaces podrán subir al podio y tendrán la atención mundial, dijo el secretario general António Guterres.
Así que siéntense Brasil, Arabia Saudí y Polonia.
“La gente solo podrá hablar si llega con pasos positivos. Es una especie de boleto”, dijo Guterres. "Para dar malas noticias, no vengan".
Para subrayar la gravedad del problema, la Organización Meteorológica Mundial de la ONU publicó un informe científico el domingo que muestra que en los últimos años, el calentamiento, el aumento del nivel del mar y la contaminación por carbono se han acelerado.
Las propuestas de Brasil, Polonia y Arabia Saudita para lidiar con el cambio climático se quedan cortas, por lo que no estarán en la agenda de la cumbre del lunes. Estados Unidos ni siquiera se molestó, según un funcionario de la ONU, que habló bajo condición de anonimato.
Tampoco es algo imposible: líderes de 64 naciones, de la Unión Europea, más de una docena de compañías y bancos, algunas ciudades y un estado presentarán planes en la Cumbre de Acción Climática.
Guterres quiere que las naciones sean neutrales en carbono para 2050, en otras palabras, que no emitan a la atmósfera más gases de efecto invernadero de lo que eliminan las plantas y quizás la tecnología cada año.
El domingo, 87 países de todo el mundo se comprometieron a descarbonizar de manera consistente con uno de los objetivos de temperatura más estrictos de la comunidad internacional.
Hay una sensación de urgencia, indicó Guterres, porque "el cambio climático es el tema definitorio de nuestro tiempo".
"Por primera vez, hay un serio conflicto entre las personas y la naturaleza, entre las personas y el planeta", agregó el funcionario portugués.
Guterres quiere que los países se comprometan a no tener nuevas centrales eléctricas de carbón después de 2020 y reduzcan la contaminación de carbono un 45% en el próximo siglo. El objetivo de la cumbre es presentar nuevas propuestas ecológicas un año antes de la fecha límite de 2020 que figura en el acuerdo climático de París 2015.