En el Día Mundial contra el Tráfico de Personas, la Organización de las Naciones Unidas lanzó un duro mensaje contra los gobiernos y las políticas anti-inmigración.
Los migrantes, quienes son especialmente vulnerables a caer en las redes de tráfico humano, “deben ser tratados y considerados como poseedores de derechos humanos”, afirmó la ONU en un comunicado.
En la actual “venenosa atmósfera anti-migración” los migrantes son tratados como “una amenaza, cuando en realidad contribuyen a la prosperidad de los países de acogida donde viven y trabajan”, dijo Maria Grazia Giammarinaro, experta en derechos humanos de la ONU, en una declaración por el Día Contra el Tráfico de Personas.
Muchas de las víctimas de trata de personas son refugiados y solicitantes de asilo, quienes decidieron huir de sus países debido al conflicto, los desastres naturales, la persecución o la pobreza extrema, explica el comunicado.
En el contexto actual, no obstante, el discurso anti-tráfico es usualmente abusado para justificar “políticas migratorias restrictivas y actividades de retroceso”, afirmó Gimmarinaro.
“Pronunciarse en contra de los enfoques racistas y xenófobos, al igual que contra la violencia, el odio y la discriminación es un deber moral que está al alcance de todos”, sentenció la experta.
Según un informe de la ONU, que contabilizó las víctimas de tráfico humano a nivel global en el 2014, el 60% eran de una nacionalidad distinta a la del país donde se encontraban. La mayoría de ellos eran migrantes internacionales.
Existe una relación estrecha entre la trata de personas y la migración, principalmente porque las personas que huyen de la guerra, la violencia y la persecución son más susceptibles de caer en las garras de los traficantes, de acuerdo con el reporte global de la ONU del 2016.
El tráfico no es simplemente el transporte de personas contra su voluntad sino que implica también que el fin sea la explotación, bien sea sexual, laboral o de cualquier otro tipo.
Las principales víctimas del tráfico de personas a nivel mundial son las mujeres y los menores de edad. El 75% de las 40.3 millones de personas que fueron traficadas en el 2016 fueron mujeres y niñas, según la Organización Mundial del Trabajo.
Tanto en Centroamérica como en Suramérica, la explotación sexual es el primer destino de las víctimas de trata. Otros tipos de explotación, además del trabjo forzado, pueden ser la mendicidad y el matriomonio forzado, al igual que la venta de menores.