La exconsejera presidencial Omarosa Manigault Newman dijo el domingo que grabó en secreto las conversaciones que tuvo en la Casa Blanca, incluido cuando el jefe de despacho John Kelly la despidió en la Sala de Crisis. De inmediato la inusual confesión provocó ataques de los aliados del presidente y de expertos en seguridad nacional.
Parte de su conversación con Kelly fue reproducida en el programa de televisión “Meet the Press” de la NBC en el que se presentó para promover su nuevo libro “Unhinged” (“Desquiciado”), que saldrá a la venta la próxima semana.
En su libro, Manigault Newman describe una imagen condenatoria del presidente Donald Trump, e incluso afirma sin presentar evidencia que hay videos donde se escucha a Trump utilizar una palabra denigrante para referirse a los negros mientras grababa el reality show “El aprendiz”, en el cual ella concursó.
Manigault Newman escribió en el libro que no había escuchado personalmente esa grabación de Trump, pero el domingo le dijo a NBC que, después de irse a imprenta, pudo escucharla durante un viaje a Los Ángeles.
“Escuché su voz tan clara como tú y yo estamos sentados aquí”, dijo.
Pero la otra grabación de la que habló el domingo podría resultar igual de explosiva.
“¿Quién en su sano juicio piensa que es correcto grabar al jefe de despacho de la Casa Blanca en la Sala de Crisis?”, tuiteó Ronna McDaniel, presidenta del Comité Nacional Republicano.
En la grabación reproducida al aire, y que Manigault Newman cita ampliamente en el libro, se escucha a Kelly decir que quiere hablar con ella sobre su salida de la Casa Blanca.
“Durante los últimos meses me han informado que ha habido algunos problemas bastante significativos, en mi opinión, relacionados contigo”, se escucha decir a Kelly, y le menciona el uso que ella había hecho de vehículos del gobierno y “problemas de dinero y otras cosas” que él compara con ofensas que en las fuerzas armadas justificarían realizar una corte marcial.
“Si hacemos que esta sea una salida amistosa... puedes considerar tu tiempo aquí en la Casa Blanca como un año de servicio a la nación y luego puedes seguir adelante sin ningún tipo de dificultad en el futuro relacionada con tu reputación”, agrega Kelly, y luego añade: “Hay algunos asuntos legales serios que han sido violados y podrías ser blanco de alguna acción legal que esperamos... creemos poder controlar”.
Manigault Newman dijo que consideró el diálogo como una “amenaza” y defendió su decisión de grabar en secreto ésa y otras conversaciones en la Casa Blanca.
“Si no tuviera estas grabaciones, nadie en Estados Unidos me creería”, afirmó.
Respuesta de la Casa Blanca
La respuesta de la Casa Blanca fue mordaz.
“La mera idea de que un miembro del personal introdujera subrepticiamente un dispositivo de grabación a la Sala de Crisis de la Casa Blanca muestra un desprecio flagrante hacia nuestra seguridad nacional, y luego hacer alarde de ello en la televisión a nivel nacional demuestra aún más la falta de carácter e integridad de esta exempleada disgustada de la Casa Blanca”, afirmó la secretaria de prensa Sarah Huckabee Sanders en un comunicado.
La Sala de Crisis es una Instalación de Información Sensible Secreta (SCIF, por sus siglas en inglés), y el personal no tiene permitido ingresar con celulares u otros dispositivos de grabación.
“Nunca he oído de una violación más grave al protocolo”, dijo Ned Price, que fungió como portavoz del Consejo de Seguridad Nacional durante el gobierno de Barack Obama. “No sólo no es típico; algo como esto no tiene precedentes”.
Price dijo que no hay nadie junto a la puerta que verifique que el personal no porte dispositivos electrónicos, pero hay un letrero afuera de la habitación que especifica claramente que está prohibido ingresar con ellos.
“La Sala de Crisis es el santuario más interior de unas instalaciones seguras”, afirmó, y describió la violación como parte de una cultura de hacer caso omiso a los protocolos de seguridad en la Casa Blanca de Trump. También cuestionó el por qué Kelly elegiría tener una reunión así en ese recinto.