En el marco de la 49 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), el grupo de trabajo para migrantes venezolanos reseñó lo que considera “la crisis más grande en la historia del hemisferio”.
Desde Medellín, Colombia, presentaron su informe tras 9 meses de trabajo. Luego de visitas a diferentes comunidades de migrantes y a partir de datos recopilados de los países receptores, el grupo registró que al menos 4 millones de venezolanos han salido del país, a un ritmo de 5.000 personas por día, unas 200 por hora.
Esa cifra representa poco más del 13% de la población total de la nación. En todo el mundo, solo Siria, que ha padecido una guerra por más de 8 años, supera a Venezuela en el flujo de migrantes y refugiados.
Hasta el 15 de junio, de ese número, la mayoría se encuentra en Colombia, que ha recibido a unos 1.300.000 venezolanos. Sin embargo, son Aruba y Curaçao los sitios donde los venezolanos representan un mayor número de la diáspora, con 10% y 15% respectivamente.
Entre Colombia, Perú y Chile está el 67,5% de los venezolanos migrantes, si se ve a escala mundial. Pero, regionalmente, estos tres países reciben al 90%.
Al presentar el informe, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, señaló que estas personas “han dejado su país para sobrevivir una causa única: la dictadura usurpadora”.
“Queremos enviarle desde la OEA un mensaje a los refugiados venezolanos en región y el resto del mundo de que no están solos”, afirmó Almagro.
Igualmente, instó a la comunidad internacional: “no hay más excusas para el atraso de atender el tema venezolano y del refugio venezolano. No hay más excusas para no darle los recursos que definitivamente necesita este tema”, afirmó.
Adelantó que el grupo estima que en un año habría unos 7 millones de venezolanos desplazados en medio de la crisis.
Por su parte, el Coordinador del Grupo de Trabajo, David Smolansky, señaló que fueron identificadas cinco razones por las cuales salen del país los venezolanos: la crisis humanitaria, la violencia generalizada, la crisis económica, la violación de derechos humanos, el control social y la escasez de medicamentos y alimentos.
“Esto no es una migración económica o voluntaria, sino una migración forzosa”, aseguró Smolansky.
Uno experto que trabajó con el grupo, Dany Bahar, señaló, basado en datos históricos, cómo los migrantes pueden fortalecer el sector laboral en los países receptores y generar riquezas.
Con respecto a la cooperación económica, Bahar subrayó que mientras los refugiados sirios han recibido 5.000 dólares per cápita, los venezolanos han recibido menos de 100 dólares.
El grupo también señaló que del plan de respuesta anunciado por las Naciones Unidas, solo se han recolectado el 21% de la meta, dejando una brecha de más de 500 millones de dólares.
Propuestas
Entre las recomendaciones del informe, el grupo señaló la creación de una tarjeta de identidad regional, que facilite la movilidad de los venezolanos sin documentación y el intercambio de información entre los países.
Además, pidió la aplicación de la Declaración de Cartagena para los migrantes venezolanos. Bahar argumentó que sería lo más justo, pragmático y facilitaría la integración
El experto, sin embargo, señaló que debe lograrse “un consenso regional simultáneo”.
El grupo igualmente pidió a los países receptores no hacer deportaciones de migrantes vulnerables que no hayan cometido delito, hayan violado la ley o no tengan documentación.
“Si en el corto plazo se resuelve la crisis política, económica y social en Venezuela, habrá un descenso significativo de la migración forzosa y habrá incentivos para el retorno de migrantes y refugiados venezolanos”, afirmó Smolansky.