Más de diez países pidieron el martes ante la Organización de los Estados Americanos que se celebren nuevas elecciones en Bolivia, después de que Evo Morales renunciara a la presidencia del país, en medio de protestas y presiones por parte de la oposición y las fuerzas armadas.
“Hacemos un llamado para que se defina una presidencia provisional (…) y que se de inicio a una convocatoria de elecciones lo más pronto posible”, dijo el embajador de Brasil ante el organismo como parte una declaración conjunta de 15 países, incluidos Estados Unidos, Colombia y Perú.
Para las naciones, quienes instaron a la “paz social”, los comicios deben contar con nuevas autoridades electorales y observadores internacionales.
La OEA ha jugado un papel esencial en las elecciones presidenciales en Bolivia, llevando a cabo una auditoría del proceso que detectó serias irregularidades en el conteo, siendo incapaz de garantizar la validez de la victoria de Evo Morales, el ahora expresidente, en primera vuelta.
El expresidente y sus seguidores han calificado de un "golpe de Estado" las circunstancias que llevaron a la renuncia de Morales, dada la presión por parte de las Fuerzas Armadas.
El ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Diego Pary, dijo en una carta leída por una representante ante el organismo, que "el fraude, la segunda vuelta, las nuevas elecciones solo fueron excusas para consolidar la ruptura del orden constitucional y sustituir a Morales".
El canciller también invitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a Bolivia para que investigar las "graves violaciones a los DDHH" que se están cometiendo en medio de las protestas en el país.
El expresidente Morales llegó el martes como asilado político a México, alegando que su vida corría peligro en el país debido a amenazas y saqueos a su hogar y el de su familia.
Denuncias de "golpe de Estado".
La embajadora de México ante la OEA, Luz Elena Bolaños, hizo eco de estas denuncias y criticó la postura del secretario general del organismo, Luis Almagro, ante la crisis política en Bolivia, a quién acusó de haber permanecido callado ante los acontecimientos del fin de semana.
"Nos preguntamos cuáles son sus prioridades", dijo Bolaños. La diplomática también defendió la posición de su país al recibir a Morales como asilado político.
"Hemos procedido por razones humanitarias", expresó la diplomática y añadió que la "vida y la seguridad" del exmandatario corrían riesgo por "manifestaciones y amenazas en su contra".
Tanto México como Uruguay y varios países caribeños, expresaron su condena a lo que consideran un "golpe de Estado", sin embargo pidieron que se celebren, cuanto antes, unos nuevos comicios en Bolivia con la participación de observadores internacionales.
Por su parte, el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, rechazó esta visión, diciendo que el verdadero golpe se dio cuando "se cometió un fraude electoral" en Bolivia, con un intento por parte de Morales de "quedarse en el poder robándose una elección".
El embajador de Estados Unidos, Carlos Trujillo, celebró el papel de las fuerzas militares en Bolivia, diciendo que actuaron de manera "neutral".
"Lo que estos grupos [policía, fuerzas armadas] estaban haciendo es proteger a los bolivianos de un presidente que quería mantener el poder, robando las elecciones", dijo el diplomático estadounidense.
Renuncia del embajador de Bolivia
El embajador de Bolivia ante la OEA, José Alberto Gonzáles, presentó el mismo martes su renuncia, según confirmó a la Voz de América una fuente del organismo.
La salida de Gonzáles se dio a conocer antes de la sesión extraordinaria y sucede en una ola de renuncias de funcionarios de alto rango dentro del gobierno del expresidente Morales, entre ellos gran parte de su gabinete.