Las playas estadounidenses en el Golfo de México están limpias y abiertas para todas las actividades, declaró el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Durante el fin de semana el jefe de Estado se bañó junto a su hija menor Sasha en las cálidas aguas del Golfo de México, en las playas de Panamá City, una de las franjas costeras afectadas por el derrame de petróleo del pozo submarino de British Petroleum, BP.
Tras las tareas de limpieza realizadas, el presidente Obama junto a la primera dama Michelle y su hija Sasha, tomaron unas vacaciones de fin de semana para mostrar su apoyo a los pobladores y a la industria del turismo y la pesca, que se vieron seriamente afectados por el derrame.
Las playas del Golfo de México son consideradas de las más bellas del mundo y la industria del turismo reporta fuertes ingresos para las ciudades y los estados costeros. (Ver Galería de Imágenes).
El presidente Obama y su familia también disfrutaron de un viaje en bote por la bahía de San Andrés, donde pudieron disfrutar de la compañía de delfines nadando en las aguas del Golfo de México. La hija mayor de la pareja presidencial, Malia, no participó del viaje debido a que se encuentra en un campamento de verano.
"Estoy aquí para decirles que el trabajo no ha acabado y no nos vamos a ir a ningún lado hasta que sea así", dijo el presidente Obama, quien regresó a Washington DC al concluir el fin de semana.
La Casa Blanca concretó el viaje para responder a las críticas respecto a las vacaciones de la familia presidencial, que en vez de haber asistido a la costa del Golfo, lo hicieron en el nororiental estado de Maine, en Martha's Vineyard en la costa Atlántica, y luego la primera dama y la hija menor Sasha viajaron a España.
Si bien sólo 16 de las 180 playas de lo se conoce como el Panhandle del estado de Florida fueron afectadas por el derrame, muchos turistas decidieron cancelar sus vacaciones, asustados por las dramáticas imágenes de algunas de las playas sucias de petróleo.