El gobierno del presidente Barack Obama desistirá de sus planes de permitir la perforación de pozos petroleros y gasíferos en la costa este del país, cediendo a la oposición de grupos ambientalistas y comunidades costeras.
De acuerdo al periódico The New York Times, el sorpresivo anuncio, podría hacerse este mismo martes por el Departamento del Interior.
El Atlántico ha estado fuera del alcance de las petroleras desde principios de los años 1980, pero la moratoria fue levantada en 2008 por el presidente George W. Bush.
En 2015 el presidente Obama propuso la apertura de la región, que entonces contemplaba las costas desde Delaware hasta la mitad de Florida.
Los gobernadores y la mayoría de los legisladores de Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia expresaron apoyo a la propuesta de Obama.
No obstante las legislaturas locales se han opuesto al plan y se han unido a las comunidades costeras que piensan que las perforaciones constituyen un riesgo demasiado alto, que podría decimar la industria turística de la que viven la mayor parte de ellas.
En mente tienen el desastre ambiental provocado por la fuga de petróleo del pozo Macondo de la petrolera británica BP en 2010, frente a las costas de Luisiana, aunque las petroleras aseguran que esta vez la exploración sería hecha de manera más segura.
La decisión será un balde de agua fría para las petroleras y para los gobiernos de los estados que apostaban no solo con descubrir nuevas reservas de petróleo, sino también con conseguir nuevas inversiones.
Un estudio de 2008, con aparatos no tan precisos como los actuales, estimó que la costa Atlántica de Estados Unidos guarda por lo menos 3.300 millones de barriles de petróleo y 31,3 billones de pies cúbicos de gas natural. Los expertos aseguran que las reservas podrían ser mucho mayores.
